La historia de Dani, el "recordman" con parálisis cerebral de natación adaptada "fichado" por Quini

El joven aficionado rojiblanco protagoniza una iniciativa solidaria de la peña Quini

Daniel Ferrer, con su medalla.

Daniel Ferrer, con su medalla. / D. F.

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

«Este año el Sporting va por el buen camino». Daniel Ferrer es el actual subcampeón del mundo de natación adaptada en 50 espalda y 50 libre dentro de la categoría S3 (parálisis cerebral). Dos platas que le llevaron conseguir una plaza más para España de cara a los Juegos Paralímpicos de París (en los que él busca ahora hacer mínima). Recordman nacional en 50 espalda (48’’70) y 50 libre (45’’68), este barcelonés, hijo de asturiano, es también aficionado del Sporting y miembro de la peña sportinguista Quini de Barcelona. Dani y su peña son protagonistas de una bonita iniciativa que se desarrollará el próximo 14 de abril uniendo su pasión sportinguista y la natación.

Dani, el subcampeón del Mundo fichado por el Brujo

Dani, junto a Quini. / LNE

«La iniciativa mola», comenta Dani. La peña sportinguista Quini de Barcelona desarrollará ese día, en el Centro Asturiano de Barcelona, un torneo de fútbol-sala en beneficio de la cooperativa sin ánimo de lucro BSWIM, que trabaja con personas con discapacidad en el entorno de la natación adaptada. No es la primera vez que este grupo de aficionados residentes, en su mayoría, en la Ciudad Condal, organizan una cita de este tipo. Van por la tercera edición y antes ya recaudaron fondos en favor de la lucha contra la ELA y el cáncer infantil.

«La natación paralímpica necesita más difusión. La cooperativa en la que estoy se ocupa tanto de personas que inician la rehabilitación tras un accidente de tráfico, como de gente discapacitada. Ahí empecé yo», explica Dani Ferrer. Afectado por una parálisis cerebral desde que nació, con dos años ingresó en el Instituto Guttmann, hospital de neurorrehabilitación. Con once años, completado el proceso hospitalario, le recomendaron continuar con su evolución a través de la práctica de natación. Aprendió a nadar en el Club Natación Mataró, donde continúa. Fue a más. Tanto en lo deportivo, como en un sportinguismo heredado de su padre, Eduardo, un gijonés criado en Llaranes y excompañero de Quini en el colegio de Los Salesianos.

«Nunca olvidaré aquel tour por El Molinón junto a Quini», recuerda Dani, quien con doce años visitó por primera vez el municipal gijonés de la mano de su padre y del Brujo. Las fotos de aquel momento las conserva en casa con el mismo mimo que las dos platas logradas en el Mundial de Manchester. Desde entonces comenzó a seguir con más intensidad al Sporting. «Veo todos los partidos con mi padre en casa», apunta. «Estamos sufriendo, pero vas sacando partidos como el del Alcorcón. Ahora es importante ganar, juegues como juegues y aunque sea de penalti. Vale más ganar que jugar bien», resume.

Dani, residente en Barcelona, no descarta ir a animar al Sporting en su visita al Espanyol el próximo mes de mayo. Antes, a finales de abril, buscará nuevas medallas en el Europeo que se disputará en Madeira. Y por supuesto, el mes que viene, estará en el Centro Asturiano de Barcelona para aplaudir un torneo de fútbol sala que reunirá tanto los valores de Quini, como el sportinguismo que aprendió en aquella visita compartida con el Brujo.

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