Adiós definitivo a las alfombras: el escalofriante dato que te hará pensártelo mucho...

Las alfombras, ese elemento que se resiste a morir. Si bien antiguamente eran mucho más frecuentes en todos los hogares, en la actualidad cada vez han ido menguando su presencia. Pero siguen estando presentes en multitud de hogares. Lo cierto es que tienen sus ventajas y sus inconvenientes, hay a quienes les gustan mucho y a quienes no. Y, sin embargo, un estudio ha arrojado un contundente dato que te puede hacer decir el adiós definitivo a este elemento decorativo, pero no solo decorativo, que tanto ha gustado tradicionalmente.

Una alfombra puede ser elegante, vestir muy bien una estancia de la casa, darle colorido, elegancia. Estéticamente, las hay de todos los tipos, desde más coloridas a más sencillas, desde alfombras baratas hasta auténticos productos artesanales y de lujo. El mundo de las alfombras creó tradicionalmente su propio sector, su propia industria y su propio mercado.

Las alfombras son, sin embargo, mucho más que un simple tejido con una u otra forma que colocamos para no pisar el suelo. Su función, eminentemente estética, va sin embargo más allá de lo decorativo. Su gran expansión por todos los hogares del mundo no fue únicamente una moda puramente estética.

De hecho, las alfombras dotan de calidez a un hogar. Máxime, si tiene una superficie fría en el suelo. He aquí una de sus grandes ventajas, al igual que la textura al pisar, especialmente si somos amigos de andar descalzos o en calcetines por casa, aunque siempre es más recomendable usar, al menos, unas zapatillas.

Pero, asimismo, las alfombras pueden ser un recurso útil para definir espacios y marcar caminos dentro de las casas. Así, los pasillos son por ejemplo un lugar habitual. Igualmente pueden hacer de separación entre dos estancias o dos partes de una misma estancia. En cuanto a la señalización de los caminos, esta función viene ligada al hecho de que las formas geométricas y los colores de una alfombra hacen que el visitante guíe su vista de una u otra manera en el interior de una casa.

A ello hay que añadir el hecho de que las alfombras ayudan a conferir a una vivienda el estilo que uno desea, del mismo modo que contribuye a crear una temperatura de color determinada. Es por eso que los decoradores interiores tienen mucho que decir y asesorar en este campo.

En este sentido, los beneficios y funciones de una alfombra son varios, y eso está claro. ¿Pero cuáles son las desventajas? En primer lugar, y esto lo saben bien quienes cuentan con estos elementos vistiendo el suelo de sus hogares, requiere un mantenimiento y limpieza notables. Es decir, si no queremos que se conviertan en foco de suciedad y polvo hay que aspirarlas con mucha regularidad y limpiarlas con frecuencia. En otras palabras, más tareas domésticas a sumar a la lista. Igualmente, las alfombras no son muy amigas de personas alérgicas al polvo y los ácaros.

Y es en este punto donde llega el contundente dato que podría hacerte decir el adiós definitivo a las alfombras. Y es el siguiente: según un estudio hecho por expertos en microbiología, una alfombra suma cerca de cuatro mil veces más suciedad que el asiento de un inodoro, con aproximadamente de 200 mil bacterias cada 2,5 centímetros cuadrados. 

Aún así, y si pese a este dato eres de los fans acérrimos de las alfombras, siempre hay consejos para intentar mitigar la suciedad que tienden a acumular estos tejidos pisoteados a diario. Es el caso del consejo de la instagramer Cris Simón que acompaña esta información.