Adiós a las pinzas: el sencillo método para sellar los paquetes y evitar que los alimentos se pongan malos

No necesitarás pinzas para sellarla

Adiós a los paquetes abiertos: el sencillo método para doblarlos con el que la comida no volverá a ponerse mala

Adiós a los paquetes abiertos: el sencillo método para doblarlos con el que la comida no volverá a ponerse mala / Freepik

La mayoria de paquetes del mercado cuentan con un envase de usar y tirar de los que se complican una vez los has abierto. Sus materiales normalmente no suelen ser de muy buena calidad, ni están pensados para usarse más allá que durante su estancia en el supermercado. Sin embargo, en productos cuya duración es mucho más larga, conviene que encontremos métodos para mantener el contenido en perfecto estado.

Hablamos de alimentos como la pasta, las legumbres, harinas, etc. Si bien muchos de estos paquetes, de plástico y de papel en la mayoría de las ocasiones, ya cuentan con sus sistemas de abre fácil y con alguna solución para su cierre, lo cierto es que no son todo lo efectivas que deberían. En el caso de la harina, por ejemplo, se trata de un producto esencial en la cocina y que además no caduca. No obstante, cuenta con una fecha de consumo preferente que suele estar marcada en tres meses. Una vez hayan pasado estos 90 días, la harina irá perdiendo propiedades, aunque todo depende de la forma en que la conserves.

Por norma general, la harina que compramos en el supermercado viene en un paquete de papel que una vez abrimos es imposible volver a cerrar. Sabremos si nuestra harina está pasada si su textura está más apelmazada de lo normal o por un olor a rancio. Uno de los mayores enemigos de la harina es la humedad, así que lo mejor es conservarla en lugares secos y donde la luz del sol no le de directamente.

Debes tener en cuenta que, si las condiciones son óptimas, la harina de trigo puede durar hasta un año y medio, aunque para eso debes tener en cuenta, en primer lugar, cómo la almacenas. Una vez hayas abierto el paquete, lo más conveniente es que guardes el contenido en un bote hermético. Si no cuentas con uno, asegúrate de aislarlo bien en su paquete original. Antes de consumirla o añadirla a cualquier receta, si lleva mucho tiempo abierta asegúrate de echarle un vistazo a su estado para no estropear el plato que estás preparando.

Si quieres prescindir de las pinzas, fíjate en esta forma para cerrar tus paquetes de papel y que queden bien plegados y sellados. En primer lugar, dobla los extremos del paquete hacia dentro y luego haz lo mismo varias veces también con la apertura.

Una vez hayas apurado hasta el borde del contenido, mete el último doblado dentro de los hechos con el primero que hayas hecho.

Aquí te dejamos un truco adicional si tienes demasiada harina y no la vas a usar durante bastante tiempo: introdúcela en una bolsa zip que la mantenga prácticamente al vacío y métela en la nevera o incluso en el congelador, de tal forma que puedas prolongar su vida hasta incluso dos años.