El fotógrafo asturiano Paco Grande, que contagió la pasión por la fotografía a su ex mujer, la actriz Jessica Lange, desde hace ocho años vive en Cuzco (Perú) donde prepara una exposición con retratos que se realizará en el Centro Cultural Ameriano-Peruano de la ciudad. Grande, hijo del científico Francisco Grande Covián, ya fallecido, tiene un negocio de turismo de aventura para discapacitados, en la ciudad peruana donde vive desde que dejó Nueva York.

Aunque nació en Madrid y a los 13 años se trasladó con su familia a Minesota (Estados Unidos), donde conoció a Lange, Paco Grande se siente muy unido a Asturias, sobre todo a Colunga, donde pasó muchos veranos en la casa familiar. Ayer mismo rememoraba esos tiempos que resume de una manera muy gráfica: «Tengo fabes en la sangre». El próximo mes de marzo, viajará a España con su familia para celebrar el centésimo cumpleaños de su madre, Gloria Mingo. Grande explicó ayer telefónicamente a LA NUEVA ESPAÑA que su afición a la fotografía empezó a los 15 años, cuando una tía, hermana de su madre, generala de las monjas escolapias, le trajo una cámara de Hong Kong. Por sus problemas de vista ya no puede hacer fotos, pero mantiene viva una afición que compartió con Jessica Lange, de la que fue profesor en la Universidad de Minesota, y de la que, a pesar de estar divorciado, mantiene una buena relación. A Paco Grande le encantaba trabajar con la película Polaroid en blanco y negro que ya no se fabrica desde el año pasado. En la exposición se recogen 30 años de trabajo que acaban enlanzando con la tradición de retratos de Cuzco. Aunque hace algún tiempo que no viaja a Asturias, Paco Grande está al tanto de lo que pasa en la región.