Mans Zelmerloew, cantante sueco que dejó buenas sensaciones al terminar su actuación, volvió emocionado al escenario al ganar el 60.º concurso de Eurovisión con la canción "Heroes". Tuvo una pugna en determinados momentos con la pieza de Rusia, que partía como una de las favoritas; también con Italia, muy al principio. Incluso Australia, la invitada, tuvo su papel en la pelea, pero rápido se quedó apeada de la carrera final. Edurne se quedó en los puestos de abajo.

Suecia se convierte así en uno de los países récord de Eurovisión, segundos en solitario con seis triunfos (siete Irlanda). "Heroes" es una pieza próxima al sonido electrónico (de hecho, se la comparó con una de David Guetta), que Zelmerloew interpretó sólidamente.

Edurne contaba con un factor interesante a su favor, que es salir a escena en segunda parte, la número 21 de 27 países, lo que hace que el público tenga en su memoria más reciente, casi instantánea, su actuación. Ni por esas. a los pocos minutos de las votaciones ya se veía que no pintaba bien para Edurne y su "Amanecer". Además la representante española contaba con unas armas interesantes, como la coreografía. Ni por esas tampoco. Quedó la 21.ª, su orden de aparición.

Eurovisión volvió, en fin, con su vigor habitual por mucho que año tras año se diga que pierde gas: los eurofans están para mantenerlo en pie, al igual que muchas familias siguen uniéndose y haciendo quinielas ante el televisor durante las votaciones.

Hay que sumar que el espectáculo es grandioso, el montaje de producciones único. El escenario del Stadthalle de Viena ha sido brillante. En realidad es el modelo eurovisivo, un modelo de producción de lo mejor que se puede ver en la actualidad. Eso es indiscutible y ésa es una de las claves del tirón que tiene el festival más importante del mundo, con esa tensión que José María Íñigo, el comentarista tras Uribarri que, igualmente, controla por dónde van a ir los votos de cada país. Además, siempre está esa parte central de las votaciones donde ya se ve los países que se descuelgan, con lo que se cambia de "equipo".

España no dio la medida de sus posibilidades una vez más; sigue manteniendo ese título de honor de estar entre los big five (los cinco grandes fundadores del evento con derecho a la gala final) y enviando equipos de trabajo muy conseguidos. Ahora sólo falta no quedarse a la cola, al menos.

De todos modos hay países como el ganador que, en el caso de ayer, tenían mucha fuerza en la escena, en el ritmo de la canción y en cómo avanzaba en las votaciones a medida que los países iban dando sus clasificaciones. La victoria estaba en marcha. Suecia sigue mandando en el Festival de Eurovisión, con su armas que son canciones que siempre se adelantan un paso a las demás (ya desde los tiempos de "Abba") y que suele caer simpático a muchos países por la brillantez de sus participantes habitualmente. Ya nadie duda de que Suecia será algún día el país de Eurovisión. No en vano tiene hasta la canción histórica de Eurovisión "Waterloo". Ahora ya suena "Heroes".