Mito inagotable

Kate Moss, la pequeña supermodelo rebelde, cumple 50 años (a su pesar)

El icono de la moda que inventó el 'heroin chic' en los 90, esa chica flaca que cambió las reglas de la industria, ya no cierra 'afters' con novios calavera. Imagen de varias marcas, se mantiene activa con su agencia de modelos y un negocio 'wellness'

Laura Estirado

Kate Moss está de enhorabuena. Este martes, 16 de enero, la chica flacucha que cambió las reglas de la industria en los 90, la inventora del 'heroin chic', cumple 50 años. Mal que le pese, pues la que lleva posando desde los 14, cuando fue descubierta por Sarah Doukas, la fundadora de la agencia Storm, en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, y un año después, ya estaba desfilando en la Semana de la Moda de Londres para John Galliano, sufre del mal de Peter Pan; no quiere cumplir más años, se resiste a envejecer. Ella misma lo ha admitido en una entrevista al 'Sunday Times': "No voy a cumplir 50 años. No pienso en eso, no me siento que tenga 50 años".

Ha cambiado la modelo muchos de sus malos hábitos de juventud, cuando cerraba 'afters' con sus novios calavera: River Phoenix, Leonardo DiCaprio, Johnny Depp [ella testificó por él durante el juicio por difamación contra Amber Heard] o Pete Doherty, entre otros muchos. Con el músico y líder de los Babyshambles, llegó a tocar fondo. De 2005 a 2007 fue su época más oscura. Enganchada a Pete y a otras sustancias, corría de nuevo a sus brazos cada vez que rompían. La gota de vodka que rompió esa copa fue cuando 'The Mirror' la sacó en portada consumiendo cocaína junto al músico. Muchas marcas rescindieron sus contratos con la 'top', hasta que su amigo Alexander McQueen la rescató: en uno de sus desfiles apareció con una camiseta en la que se leía: "Kate, we love you".

La antisupermodelo

Y las marcas, y el mundo entero, volvió a sentir debilidad por aquella chica de casi 1,70, escasas curvas y menos de 50 kilos, que triunfó en plena época de las supermodelos.

No cumplía con los estereotipos ni los cánones de los 90Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington, Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Tyra Banks eran voluptuosas y le sacaban más de 10 centímetros. La londinense Katherine Ann Moss carecía de curvas, pero le sobraba carisma para catapultar su carrera hasta lo más alto.

Y desde esa cima sigue disfrutando de una industria, la de la moda, en la que ella sigue marcando el paso. Ya es un icono eterno.

Desde 2016 lidera Kate Moss Agency, su propia agencia de modelos y talentos, donde además de ella y su única hija, que también ha seguido sus pasos, Lila Grace (nacida en 2002 fruto de su, breve, romance con Jefferson Hack, editor de la revista 'cool' 'Dazed & Confused'), hay otras caras conocidas, como la cantante Rita Ora. Aunque ahora solo se sube a la pasarela en contadas ocasiones (a finales de 2022 desfiló en Milán para Bottega Veneta, por ejemplo), es una de las caras habituales en los 'front row' de las semanas de la moda más importantes, de las fiestas más exclusivas, como la Gala Met; sigue prestando su imagen a marcas tan prestigiosas como Fendi o Saint Laurent, y liderando las lista de las mejor vestidas (en los Fashion Awards del pasado mes diciembre fue muy aplaudida su presencia).

Caché en el 'top'

Su caché tampoco ha disminuido, pues cobra como las modelos mejor pagadas de la actualidad (se le calcula un patrimonio de 64 millones de euros). Y eso que ella comenzó su carrera hace varias décadas.

Tras su debut en Londres, un año después, en 1990, se estrenó en la 'fashion week' de París. Los diseñadores de las grandes firmas de lujo, Chanel, Dior, Burberry o Versace, cayeron rendidos a su exótico encanto y siempre querían abrir y cerrar sus 'shows' con ella. Pero la fama a lo grande le llegó en 1993, cuando Calvin Klein la seleccionó como modelo para su perfume 'Obsession'¿Quién no recuerda aquella Kate Moss de mirada inocente que Mario Sorrenti inmortalizó en el agua? [por cierto, también fueron novios].

Sonrisa "desgarbada" y estrábica

Con unas medidas diferentes y una cara especial -ella ha definido a sus dientes como "desgarbados" y tiene un ligero estrabismo-, siempre ha mantenido una piel perfecta, incluso cuando estaba en la cresta de la ola y era aficionada a las juergas, en las que, según ha confesado, fumaba 100 cigarrillos Marlboro Light al día, nunca durmió 8 horas seguidas, y bebía más que comía.

"El hielo en el agua realmente me funciona, ese es mi truco favorito. Si me siento un poco hinchada o cansada, lleno un recipiente con agua con cubitos de hielo y rodajas de pepino. ¡Basta meter y sacar la cabeza durante unos minutos y te sientes fresca como una lechuga! Quita toda la hinchazón y saca la sangre a la superficie. Nunca falla. De hecho, lo aprendí viendo 'Queridísima mamá': el personaje de Faye Dunaway lo hace. Es un viejo truco de Hollywood", ha explicado en 'Vogue', su revista de cabecera (no en vano ella es la maniquí que más veces ha copado su portada, hasta un total de 75. ¡Por ahora!).

La chica de oro

No es su único récord. En febrero de 2005, un retrato que le hizo desnuda Lucian Freud cuando estaba embarazada alcanzó en Christie's seis millones de euros, y tres años después, el artista Marc Quinn realizó una estatua de ella en oro macizo de 18 quilates, a tamaño natural, valorada en 2,5 millones de euros, para una exhibición en el British Museum.

Su última salida de tiesto fue en 2008, cuando fue expulsada de un avión por mal comportamiento debido a su estado de embriaguez. Pero la mala vida ya es historia. Como Gwyneth Paltrow, Moss ahora se ha pasado al 'wellness' -y hasta tiene su marca, Cosmoss-, en un intento, quizá, de conservar esa cara aniñada que la hizo triunfar el siglo pasado.

Sigue comiendo más bien poco, tira de zumos de apio y de posturas de yoga. No concede muchas entrevistas [regla número uno de toda diva para mantener el interés y el misterio], y es un espíritu libre que lo mismo suelta que "nada es tan sabroso como estar delgada" o que aún fuma aunque ha oído que "si paras, realmente tu piel lo nota".

Baños de luna terapéuticos

Su boda con Jamie Hince, guitarrista de The Kills, no cuajó (2011-2015), pero ahora vive feliz en el campo con su último amor, el fotógrafo Nikolai von Bismarck, descenciente del canciller alemán Otto von Bismarck, alumno del gran Mario Testino y 12 años más joven que ella. "Estar enamorada me hace sentir hermosa", asegura la 'top', que a sus 50 prefiere "los baños de luna" en su jardín que trasnochar en el pub. "Mi límite es la medianoche, porque ya he visto a todos y todos han hablado con sentido común. Después, la gente empieza a repetirse".

Es la única concesión que Moss ha hecho por la edad. 

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