Según las nuevas regulaciones, los radares fijos operarán con un margen de error máximo del 3% o 3 km/h en mediciones de carreteras que no superen los 100 km/h, y del 3% para mediciones por encima de esta velocidad. Para los radares móviles, el margen de error se ha establecido en 5 km/h para mediciones inferiores o iguales a los 100 km/h, y del 5% para velocidades superiores a este límite. Estos cambios significan que los conductores deberán ajustar su comportamiento en la carretera y respetar estrictamente los límites de velocidad establecidos en cada tramo. Por ejemplo, en una vía con límite de velocidad de 50 km/h, los radares móviles comenzarán a multar a partir de los 55 km/h, lo que subraya la importancia de mantener una velocidad segura y adecuada en todo momento.