Esta información ha sido elaborada por: D. ORIHUELA, M. PALICIO y B. FERNÁNDEZ Candás (Carreño)

A los niños les gustan las princesas, por mucho que no lleven vestidos ni vistan de rosa como ellos esperaban, y a la Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, le gustan los niños. Los alumnos del Colegio San Félix de Candás esperaban ayer la visita de su princesa particular. Estaban nerviosos, y eso les restaba soltura, pero aun así hablaron con doña Letizia, le hicieron regalos y se rieron con ella. La Princesa los correspondió dedicándoles tres horas y atendiendo con sumo interés a las explicaciones que le ofrecían sobre el uso de las nuevas tecnologías en la educación, pues ése era el motivo de la visita: conocer de primera mano el proyecto «Educared».

La Princesa de Asturias preguntaba, tocaba y se interesaba por todo lo que decían los pequeños. Mientras la pequeña Sara Ortega hacía una exposición en una pizarra digital doña Letizia arrimaba su cabeza a la del pequeño que tenía sentado al lado para «fisgar» lo que el crío apuntaba en su «tablet PC».

El San Félix era ayer un colegio de cuento, pero la rutina escolar seguía su curso, aunque con matices. Los pequeños de Infantil, de cinco años, tuvieron unos porteros de lujo a la hora de salir al recreo. Los miembros de seguridad de la Casa Real abrían solícitos la puerta del patio mientras los pequeños pasaban gritando «¡Letizia, Letizia!».

En las aulas que visitó la Princesa de Asturias, ni un lloro, ni siquiera nervioso, y alguna improvisación. En la primera de ellas, por cuestión de tiempo, no tenían previsto más que saludar a doña Letizia y regalarle unos dibujos. La Princesa se sentó entre los pequeños, de tres años, y pidió que le enseñasen cómo funcionaba una pizarra digital. La Princesa estaba a todo, a atender como una alumna más, y a hacerles carantoñas a los niños.

Los pequeños fueron los que más disfrutaron de las tres horas que la Princesa pasó en el centro educativo candasín. Aunque es cierto que a los críos se los veía nerviosos ante tantas medidas de seguridad y la masiva presencia de los medios. «En el aula que no había prensa los pequeños estaban más sueltos», explicó un portavoz de la Casa Real.

Los niños eran los privilegiados, los que pudieron ver de cerca a una princesa de verdad y los que recibieron un aluvión de sonrisas. Mientras, en la calle, en un día soleado aunque muy frío, cientos de personas esperaban la salida de doña Letizia. Al filo de las tres de la tarde la esposa del Príncipe de Asturias salía del colegio y saludaba casi una a una a las personas que se acumulaban tras las vallas de seguridad, a su izquierda. Cuando acabó por ese lado la Princesa retrocedió y saludó a los que estaban a su derecha.

Entre las demostraciones de afecto de los niños y de los candasinos de más edad que se reunían a las puertas del San Félix, hubo tiempo para cuestiones más formales, el proyecto «Educared» de la Fundación Telefónica, que cuenta con la colaboración del Principado. «La educación es uno de los asuntos que más me interesan», afirmó la Princesa durante una breve reunión en la sala de profesores, en la que preguntó por el resultado de este sistema. El director del colegio, Gerardo Fernández, le confirmó que el rendimiento y la motivación de los alumnos ha mejorado desde la implantación del sistema en 2006. En la visita doña Letizia estuvo acompañada por el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces; la presidenta de la Junta, María Jesús Álvarez; el consejero de Educación, José Luis Iglesias Riopedre; el delegado del Gobierno, Antonio Trevín; el alcalde de Carreño, Ángel Riego; la secretaria de Estado de Educación y Formación, Eva Almunia, y el vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, Javier Nadal.