La reforma de la ley electoral va camino de convertirse en una seria amenaza para el presupuesto regional de 2014. El dictamen para modificar la normativa de las elecciones autonómicas superó ayer su primer filtro pero la tramitación en el parlamento se presume peliaguda. El PSOE sostiene que una ley de ese calado no debe aprobarse por un solo voto de diferencia, mientras que IU y UPyD quieren sacar adelante una reforma que mejoraría sus expectativas en las urnas.

«La ley electoral debe aprobase por unanimidad y si no con una mayoría que la haga sólida y estable». El socialista Fernando Lastra cerró con ese mensaje una intervención en la que defendió la mejora de la proporcionalidad del voto en el nuevo modelo, y lanzó una puya al PP, «por el pucherazo» en Castilla-La Mancha, donde han reducido el parlamento unilateralmente, El dictamen plantea como mayor novedad la asignación de escaños: 35 se repartirían entre las tres circunscripciones mientras que los otros 10 restantes se asignarían entre los cocientes restantes. El PSOE pretende el respaldo de Foro y el PP, o al menos el de uno. Foristas y populares no están por la labor. Es una reforma «para cambiar cromos», reprochó Esther Landa, o que «responde a intereses partidistas», criticó Luis Venta. Tanto IU como UPyD, lanzaron avisos al gobierno socialista de cara a negociaciones futuras, la más importante la del presupuesto regional. «Será difícil acordar algo con quien se oponga a IU para que los votos valgan lo mismo», advirtió Ángel González, que quiere iniciar la tramitación de la reforma a la vuelta del verano, en plena negociación presupuestaria. «Si quieren contar con UPyD en el futuro deben apoyar esta reforma», abundó Ignacio Prendes.