La sanidad asturiana utiliza al menos cuatro métodos para "maquillar" las listas de espera, según se está poniendo de manifiesto en las comparecencias que se están desarrollando en la Junta General del Principado en el marco de la comisión de investigación impulsada por Podemos. El Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA) aseguró ayer que la mayoría de facultativos de la sanidad pública asturiana "piensa que las listas de espera no se corresponden con la realidad existente, que minusvalora". PP y Foro solicitarán que se celebre un pleno monográfico ante la "gravedad" de la situación y que comparezca el Consejero del ramo, Francisco del Busto de Prado.

La publicación de las listas de espera está regulada por un real decreto de 2003, que establece una clasificación de estructural o no estructural. La primera se debe a motivos del sistema, como la carencia de facultativos, por ejemplo. La segunda, a motivos relacionados con el paciente, como que pida que se le retrase una consulta porque va de vacaciones o que no pueda acudir por un deterioro de su salud.

Andrés Fernández Vilanova, diputado autonómico de Podemos, explicó ayer que la normativa establece que determinados servicios deben publicar la estructural, mientras que en otros se deben de publicar ambas. "En el caso del Sespa, sólo figura la estructural, con lo que se desconoce que pasa en el 'cajón B'".

A ese "cajón B", que se corresponde con la lista considerada no estructural, se desvían, por ejemplo, pacientes a los que se les ofrece una consulta o una operación en un área sanitaria distinta a la suya. Por ejemplo, a uno de Avilés que se le quiera derivar a Jarrio. "Si rechaza esa desviación pasa a la lista no estructural, y se considera paciente no prioritario con independencia del tiempo que lleve en espera", explicó el diputado de la formación morada, quien insistió en que "este 'cajón b' se utiliza de forma irregular y puede ser un sistema legal, pero es perverso".

Otro método de "maquillaje" es el de la reprogramación. Si un servicio está saturado, por ejemplo en el HUCA, y la lista de espera es inferior en la Lila, el sistema redirige al paciente a ésta. "Pero aquí viene la trampa: para servicios con muchas agendas se hacen reprogramaciones que pasan a ser no estructurales, con lo cual esos pacientes no figuran en las listas públicas", indicó Fernández Vilanova.

Otra fórmula o "trampa", según Podemos, es la desvelada ayer en la comisión de investigación de la Junta General por el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca del HUCA, Jacobo Silva Guisasola. Según explicó, los profesionales de ese servicio atienden al 30% de los pacientes cardíacos que necesitan ser operados, y lo hacen en plazo y con excelentes resultados. Pero el 70% restante pasan a Hemodinámica para practicarles un cateterismo, y esos no figuran en la lista de espera estructural porque "como no es cirugía a corazón abierto no se considera como tal y es más, el portal de Astursalud ni siquiera se menciona la Hemodinámica", aseveró el diputado de Podemos.

El "relleno" de huecos de agenda es otro sistema. Consiste, según Fernández Vilanova, en que cuando "cae" de la lista un paciente, en lugar de llamar a los que llevan más tiempo esperando se cubre ese "hueco" con uno nuevo. "Esto es injusto porque en lugar de adelantar a los que llevan más tiempo esperando, se pasa antes a uno que lleva menos. Esa fórmula también les sirve para reducir el tiempo medio de espera", indicó el diputado.

Galo Blanco, supervisor del servicio de radiología en el HUCA y aún en activo, incidió ayer en la necesidad de modificar el sistema de gestión sanitaria.

El Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA) incidió ayer en que las listas de espera son susceptibles de no reflejar la realidad que perciben los pacientes, en función de cómo se realicen. También calificó de "intimidatoria" la decisión del consejero de Sanidad, Francisco del Busto, de iniciar una investigación interna y le pidió que encargue una auditoría externa.