Una azafata asturiana es la protagonista indeseada de una polémica a la que no le falta ningún ingrediente. La trabajadora de Vueling fue el blanco de las iras de dos pasajeras de un vuelo, que partía de Barcelona con destino Menorca, por referirse a ellas en español cuando preferían que lo hicieran en catalán. El altercado se tornó demasiado desagradable y fue necesaria la intervención de la Guardia Civil, unos minutos antes de que el comandante de la aeronave determinara la expulsión de las pasajeras por su conducta.

El asunto se ha convertido en viral, después de que un medio catalán lo pasara por el tamiz del conflicto idiomático. La repercusión ha sido tan grande, que el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, valoró como "inadmisible" impedir volar a dos personas "por el idioma que habla". Sin embargo, según testigos a los que LA NUEVA ESPAÑA ha podido tener acceso, el acontecimiento no tuvo nada que ver con una cuestión de discriminaciónno tuvo nada que ver con una cuestión de discriminación. "Se pusieron como energúmenas", dicen algunos de los presentes.

La dimensión del asunto ha llegado a las altas esferas. Vueling ha accedido a abrir una investigación para aclarar los hechos. Incluso, el Parlamento de las Islas Baleares valoró el altercado ayer por la tarde. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, estas riñas no son tan inusuales en vuelos que parten desde aeropuertos catalanes. Varios trabajadores de diferentes compañías han relatado más disputas similares.