Pintor local, autor del mural del Cabo Peñas del Ayuntamiento

Vladimir González (Gijón, 1972) es un pintor gozoniego, que dice sentirse más cercano a la aldea que a la zona urbana del concejo. Y es que se crió en La Ren (Cardo), donde descubrió su pasión: la pintura. Es directo en sus palabras, parco -como él mismo afirma-, porque su manera de expresarse no es el lenguaje verbal, sino el visual, el artístico. Y así se percibe en sus obras públicas, entre las que destacan los murales del puerto de Candás y del consistorio de Gozón. La entrevista, que se desarrolla en el muelle luanquín en un día de fuertes colores, forma parte de la serie «Luanquinos», con la que este periódico pretende mostrar el Luanco de ayer y de hoy por medio del relato de sus vecinos.

-Se podría decir que los colores pintan mucho en su vida...

-Sí, supongo que sí.

-Porque en la mayoría de sus obras utiliza el color con gran intensidad expresiva.

-Sí, en todos mis trabajos parto de una paleta muy colorista.

-¿Y qué efecto persigue con ello?

-La verdad es que tampoco sé si busco algo concreto. Trabajo mucho el boceto, de manera que estudio bastante la forma y el color. Pero nunca pienso en cómo puedo llamar la atención del público, aunque haya veces que grite en cuanto a la intensidad del color se refiere. Pero eso es una cosa mía. También me gusta partir de la realidad, pero luego el resultado no es la realidad en sí misma, sino una interpretación que yo hago de ella. Y unas veces puede resultar más realista y otras, más abstracta.

-Por seguir con esta técnica habitual en sus obras, si tuviera que escoger dos o tres colores para representar Gozón, ¿cuáles elegiría?

-Soy del interior del concejo. Me crié en La Ren y por eso, para mí Gozón es de color verde y azul. También los tonos intensos de las barcas de Luanco están muy metidas en mi paleta. Desde pequeño siempre he visto ese colorido en las embarcaciones y, por tanto, es algo que te queda grabado.

-¿Qué espacio le gustaría pintar del concejo y dónde lo colocaría?

-Es difícil decidir ubicación. Quizás en el nuevo puerto deportivo, pero tampoco sabría decir qué puedo representar ahí, porque cuando pensé en el Cabo Peñas, lo hice en función de la ubicación. Era el ayuntamiento de Gozón, la casa del concejo; no sólo la del pueblo de Luanco y por eso, pensé que la mejor imagen que podría representar al municipio sería esa.

-¿Pero si le diesen el puerto deportivo?

-No tendría claro qué pintar, porque es un espacio que desconozco. He paseado por ahí, pero tendría que sentarme y contemplarlo para poder conocerlo.

-Luanco ha cambiado mucho en los últimos años, ¿cree que ha perdido su esencia de pueblo marinero?

-No podría afirmarlo, aunque es verdad que cada vez hay menos cosas originales de Luanco y eso es una pena. Porque la esencia de esta villa son sus casas, situadas junto a la mar. Y perder eso es una auténtica lástima.

-¿Qué elementos, personajes o escenas de Luanco reflejaría en un cuadro actual a diferencia de uno que hizo hace 20 años?

-No encuentro nada nuevo que me gustase reflejar. En cuanto a la arquitectura, que es lo que yo pinto de Luanco, no hay nada que me llame la atención. A mí me atraen las casas embarulladas. No obstante y volviendo a la anterior pregunta, no creo que Luanco haya perdido su esencia. Lo que sí ha cambiado es su arquitectura.

-¿Cree que Luanco necesita más cultura?

-Sí, supongo que sí. Siempre digo que Gozón es una mina para hacer cosas. Ahora bien, no tendría claro ahora mismo qué hacer. Tendría que meditarlo. Pero claro que se podrían hacer muchas cosas.

-¿En qué obras está trabajando actualmente?

-Estoy haciendo dos series. Una, con paños de colores muy grandes e intensos y en la que elaboro mucho los bocetos; la medito mucho. Y la otra, más novedosa para mi, que se basa en la improvisación. Hay una idea de cómo hacer las cosas, pero no está pensada. En definitiva, una tiene que ver con las sensaciones y ver cómo van surgiendo los colores. Y la otra es una obra más pensada.