¿Que va a pasar con la piscina? Esa es la pregunta que se hacían ayer los trabajadores y el gerente de las instalaciones deportivas de Antromero, Manuel Muñiz, después del nuevo escenario político abierto a raíz de la Junta del martes. "Cuando todo parecía que se iba a solucionar, que se abría un nuevo sistema de licitación y se iba a cerrar la piscina durante dos meses, lo único que tenemos son dudas sobre el futuro del complejo", señaló Muñiz, quien añadió que los ocho trabajadores de las cuatro empresas -además de la cafetería, que es una concesión- que a día de hoy prestan sus servicios en la piscina están tristes y decepcionados. Más aún cuando minutos antes de acordar el cierre del ente, se aprobaron los pliegues para el contrato de las firmas por cuatro años.

La disolución de la Mancomunidad no sólo afecta a los propios empleados, sino a los más de 45.000 vecinos que en la actualidad usan al año la piscina de Antromero. "Estamos en el mejor momento y las instalaciones gozan de un alto reconocimiento social y deportivo en Asturias", concluyó Manuel Muñiz.