Grado, Lorena VALDÉS

El Ayuntamiento de Grado abonará esta semana la deuda que tiene pendiente con la empresa Aser-Asturias que presta el servicio de ayuda a domicilio en el concejo y que debe tres mensualidades a la treintena de trabajadoras con las que cuenta en el municipio.

Así lo anunció ayer la concejala de Servicios Sociales, Natividad Castrillo, quien aseguró que «la factura correspondiente a septiembre de este año está previsto que se pague hoy mismo, mientras que la de diciembre de 2010, sin consignación presupuestaria, se saldará a partir de mañana, una vez que se haga efectivo el préstamo de 408.000 euros que el Consistorio solicitó al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para liquidar en su mayoría facturas no incluidas en el Presupuesto del año pasado».

Con la realización de estos ingresos en la cuenta de la empresa Aser, la edil Popular espera poner fin en los próximos días a la huelga que las trabajadoras de ayuda a domicilio hacen desde hace más de un mes, de lunes a viernes, de nueve a once de la mañana, para reclamar frente al Consistorio el dinero que les deben.

«Estoy muy preocupada porque los usuarios de los pueblos del concejo están en su totalidad sin servicio desde hace semanas y también muchas personas muy necesitadas de la villa. En algunos casos, la situación es sangrante y creo que la profesionalidad de las trabajadoras debería de estar por encima de conflictos laborales y económicos. Esta gente debería estar atendida», afirmó Castrillo.

La concejala de Servicios Sociales también pidió a las trabajadoras que «sean respetuosas con el personal del Ayuntamiento y con la gente que va a hacer sus gestiones, ya que durante las dos horas que se manifiestan el ruido es insoportable».

Los usuarios del servicio de ayuda a domicilio en Grado afectados por la huelga de las trabajadoras ya han manifestado públicamente su deseo de que todo vuelva a la normalidad cuanto antes para recuperar los cuidados que tanto necesitan.

Por su parte, las trabajadoras subrayan que «lo estamos pasando muy mal, por nosotras, pero también por los usuarios. Prueba de ello es que durante meses, a pesar de no cobrar, seguimos trabajando, pero, al final, no nos quedó más remedio que ir a la huelga. La solución está en manos del Ayuntamiento y de la empresa», concluyen las afectadas.