El mural de la «Salve marinera» de Candás, obra de Alfredo Menéndez instalada en la plaza de El Paseín y que se encuentra muy deteriorado, se somete desde ayer a una operación de maquillaje: la instalación de una réplica que cubrirá el original. Los trabajos se extenderán durante todo el mes de agosto y parte de septiembre, si bien, según adelantaron fuentes municipales, solo durante esta semana se llevarán a cabo obras; después, durante casi un mes, habrá que dejar que la estructura que se construirá para colocar sobre ella la réplica del mural, descanse y se asiente.

Una vez transcurra este plazo, se instalará la réplica de cerámica que ya fue encargada por el Ayuntamiento antes del verano y que tapará el original, en muy mal estado de conservación a causa de las filtraciones de agua en el balcón superior y de los golpes en su superficie.

Para la reproducción de la «Salve marinera» se han creado 344 azulejos de 20 por 20 centímetros, «con la impresión hacia el borde para conseguir la perfecta unión de los mismos», detalla el concejal al cargo de la obra, Alberto López Vega. El método elegido para crear la reproducción ha sido la foto cerámica, tras varios años buscando soluciones duraderas para el mural.

Los azulejos estarán numerados e irán sobre un bastidor que se colocará sobre el mural antiguo. Así, podrá respetarse la obra original, que quedará tapada bajo la cerámica. «Contaremos, además, con una maqueta que permitirá futuras reproducciones de la obra», destaca el edil, en referencia a una eventual nueva reproducción «dentro de cien años». Ni se lo plantean antes dada la durabilidad del sistema elegido.

Un lienzo de cerámica se horneará a 900 grados de temperatura para no alterar el producto. Sobre él irá impresa la escena de la Pascua. Aunque parezca fácil, encontrar un negativo a partir del cual trabajar ha sido la tarea más dura. «Hubo que buscar fotos del mural, de cuando se hizo, de 1999, porque actuales ya no valen debido a su deterioro, pero no había ninguna completa», relata López Vega.

Así, recuperando fotos se ha conseguido una reproducción en negativo totalmente fiel al original. «Ha sido un puzzle de fotos antiguas. Lo más difícil de sacar adelante», reconoce López Vega. De aquí al viernes, los operarios esperan haber concluido la zanja y el expositor que servirá de base para el mural de fotocerámica. Un mes después se comenzará con la instalación definitiva.

El propio pintor ha aceptado la recuperación de una de sus obras más insignes, después de años de negociaciones. «Estoy muy contento con la propuesta del Ayuntamiento y con la idea de que el mural perviva», manifiesta Alfredo Menéndez, quien hace solo unos años daba por perdida la obra debido a su mal estado. En las próximas fiestas del Cristo, el mural estará a salvo y lucirá de nuevo.