Mieres, Pablo CASTAÑO

Hunosa pretende convertirse en el referente nacional en la investigación del almacenamiento de dióxido de carbono (CO2); pero la compañía quiere ir más allá y comprobar las posibilidades de extraer, al mismo tiempo, el metano (CH4) alojado en las capas de carbón. Hunosa quiere explotar el temido grisú para aprovecharlo para usos industriales y de generación eléctrica. La empresa estatal minera ya ha puesto en marcha en el pozo Monsacro, en el límite entre Riosa y Morcín, el proyecto «Carbolab», que según señalan sus responsables «consiste en la creación de un laboratorio subterráneo para la investigación, desarrollo tecnológico y demostración del secuestro de CO2 en capas de carbón no explotadas y donde se desarrollarán modelos que ayuden a predecir el comportamiento de ese gas un vez inyectado en las capas y la recuperación del metano preexistente en las mismas». Es decir, se trata de investigar como se puede almacenar el CO2 que se vaya a secuestrar en las plantas de captura que se proyectan en España y al mismo tiempo como se puede recuperar metano partiendo de la base de que al inyectar el CO2 en el carbón se libera el contenido de grisú almacenado en el mineral.

El proyecto ya se está desarrollando en el pozo Montsacro, a 500 metros de profundidad, en una zona alejada de las labores de extracción de carbón. En concreto, según señalan desde Hunosa, los trabajos se realizan en capas de carbón estrechas, verticales y de baja permeabilidad, características propias de muchas cuencas europeas y en particular de la asturiana. Allí se comprobará si se puede recuperar con eficacia el metano contenido en las capas de mineral.

Hasta la fecha, el proyecto más importante de este tipo realizado en Europa fue el plan «Recopol», financiado por la Union Europea. «En ese proyecto los ensayos se realizaron mediante sondeos desde el exterior y surgieron dificultades para controlar la migración del gas en el carbón y en el macizo rocoso, así como para determinar que parte quedó retenida. "Carbolab" pretende subsanar y resolver este tipo de cuestiones mediante la realización de ensayos in situ a escala de panel o capa en una mina de interior, lo que posibilitará un gran control sobre todo el proceso», apuntan desde Hunosa, al tiempo que destacan que «en la zona donde se llevan a cabo los experimentos existen varias capas con propiedades distintas, los cual permitirá obtener conclusiones sobre el comportamiento de diferentes tipos de carbones».

El proyecto está liderado por Hunosa, pero también participan otras instituciones de Francia, Polonia y España. En concreto el Bureau de Rersearches Géologiques et Minières (BRGM) de París, el Institut Nacional de l´Envirionnement Industriel el des Risques (INERIS) de París, el Glówny Instytut Górnictwa (GIG) de Catowice y la Asociación para la Investigación y Desarrollo Industrial de los Recursos Naturales (AITEMIN). Además, la empresa petrolera y gasista TOTAL participa aportando su conocimiento en la producción de gas natural.

El presupuesto del programa "Carbolab" asciende a más de 4,1 millones de los cuales el programa Resarch Fund for Coal and Steel (RFCS) de la Unión Europea financia el 60% con más de 2,4 millones.

El proyecto, que ya está en marcha, tiene una duración de cuatro años y será un paso importante para intentar lograr aprovechar las reservas de metano de Asturias. El Instituto Geológico y Minero de España ha desarrollado varios estudios de valoración de los recursos de metano existentes en las cuencas carboníferas del país y ha situado a los valles mineros de Asturias a la cabeza con unas reservas estimadas de 30.000 Mm3. Las investigaciones realizadas por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad de Oviedo también han destacado el potencial de este recurso de gas y empresas como Unión Texas, en colaboración con Hunosa o Hidrocarburos del Cantábrico han tratado de poner en marca proyectos de extracción que hasta la fecha no han cuajado.