El presidente del Principado, Javier Fernández, garantizó ayer ante el Pleno de la Junta General que su Gobierno actuará con «contundencia» ante el intento del Ejecutivo central de «quebrar» el sector de la minería y conducirlo a un cierre casi inmediato. El Ejecutivo asturiano adoptará «cualquier medida viable» para intentar «cambiar el destino que el Gobierno tiene preparado para la minería», aseveró Fernández, aunque sea éste un sector «regulado e intervenido». Una competencia que recae sobre el Gobierno central, el único capaz realmente de revertir esta situación, y cuyas medidas, añadió el presidente, son siempre «lesivas» para la actividad carbonera.

Javier Fernández respondió así a la pregunta planteada por el portavoz de IU en el Parlamento regional, Ángel González, que reclamaba al Gobierno autonómico una mayor intensidad y constancia en sus reivindicaciones. «Si quiere declaraciones contundentes las haré a diario, pero hay un regulador que tiene capacidad para regular, tiene que hacerlo y sí se lo pedimos a diario», aseveró el presidente. En un momento en el que algunas empresas no han cobrado aún las ayudas a la producción de 2012, y mientras el ministerio de Industria fija unas condiciones para la quema de carbón nacional en las centrales térmicas que benefician a las explotaciones a cielo abierto, a juicio del presidente regional es «inviable» que cualquier empresa del sector que no sea la pública Hunosa pueda suscribir contratos a largo plazo con las compañías eléctricas para la quema de su carbón en las centrales térmicas, como ahora propone el Gobierno. Estas medidas, explicó Fernández, junto al «incumplimiento» de los acuerdos pactados para el pago de las prestaciones a los prejubilados de Hunosa conducen «a la quiebra del sector de manera inmediata».

Aunque Fernández insistió en la necesidad de negociar con el Gobierno central, el portavoz de IU le exigió liderar «un frente» para dejar en evidencia el «desprecio» con el que, a su juicio, el Gobierno de Mariano Rajoy está tratando a Asturias. Sus continuas «provocaciones», advirtió, están generando «una indignación cada vez mayor».