"Esto, como el vale del carbón, lo lucharon nuestros abuelos", afirmaba Regli Iglesias, a unos metros de la puerta de entrada del economato de Barredos. Junto a ella, Josefa García Alonso y María Orfelina Fernández, destacaban que este establecimiento -el único de la localidad- "ofrece buena calidad y precio". Opinión que también respaldaron otros vecinos, como Amparo Diéguez y Justa Pedrezuela, quienes afirmaron que "esto es la muerte de Barredos".

Por su parte, la asociación de vecinos Clarín de Pola de Laviana denunció que el cierre de los economatos supondría "la pérdida de cientos de empleos" y destaca que estos establecimientos "han hecho una labor social importante debido al precio económico de sus productos". En Sotrondio, otro de los focos de protesta, José Antonio Calleja y Asunción Ruiz, que son vecinos de Blimea, llamaron la atención también sobre "los puestos de trabajo que se perderían" con la clausura de los catorce establecimientos de Hunosa "en un momento nada boyante". Mientras Marcelina García Valles, María Isabel Cantora y Jaqueline Cantora, concentradas ante las instalaciones de El Entrego, destacaron que este es un establecimiento "al que acuden muchos vecinos no sólo del núcleo, sino también de los pueblos próximos".

Los vecinos de Bimenes también se concentraron ayer al mediodía frente a su economato. El centro se ubica en Martimporra, junto al Ayuntamiento, y es un referente para un concejo en el que no disponen de otro supermercado, sólo alguna tienda de ultramarinos. Los yerbatos han decidido seguir apoyando la causa protestando cada viernes.

Usuarios y trabajadores del economato de Hunosa de Pola de Siero también respaldaron la protesta vecinal. "No se trata sólo de que hay nueve personas que pierden su empleo, además se perjudica a mucha gente, pensionistas y personas con pocos recursos que encuentran aquí precios muy asequibles al hacer la compra", dijeron algunos de los participantes. Además, "el economato tiene mucha clientela", aseguraron.