"Quiero anunciar oficialmente que John Clarkson no va a continuar en el Avilés la próxima temporada". Fueron las palabras de la directora general, Esther Llamazares, para anunciar una decisión que estaba tomada desde la pasada semana y que se comunicó el viernes al máximo accionista, José María Tejero, pero que la directiva intentó que no trascendiera "por respeto al equipo y a la entidad" al quedar aún el partido de promoción en Elda.

El escocés invirtió en torno a los 400.000 euros desde que llegó en noviembre, "mucho más de lo esperado", según Llamazares, y quiere invertir en el fútbol porque es su pasión pero se va, no por el descenso a Tercera, si no por los problemas económicos que arrastra el club con deudas con la Seguridad Social y el Ayuntamiento, y los embargos desde la época de Tejero que impiden la llegada de recursos. "Entendemos que este tipo de entidades necesitan ir de la mano del Ayuntamiento y de las administraciones para poder evolucionar, además un mínimo saneamiento interno para avanzar con bases firmes, que era la intención de Clarkson. Sin eso es imposible desarrollar nuestro proyecto", señaló Esther.

Llamazares recordó que Clarkson llegó en noviembre "para tratar de reconducir un proyecto ya hecho y con el ánimo de iniciar su primer proyecto a partir del próximo 1 de julio con una estructura de empresa que diera solidez y continuidad al club", y que la primera medida fue ver la situación real de la entidad, su viabilidad, y su capacidad para generar recursos. "Tejero nos había hablado de las deudas, pero desconocíamos hasta que punto iban a ser un obstáculo en nuestra gestión", comentó para añadir: "También sabíamos que los ingresos iban a estar limitados porque una buena parte ya los había utilizado Real Avilés Nueva Gestión, pero pensamos que podríamos recuperar cobros pendientes y no fue posible por embargos o porque ya estaban cobrados". Así las cosas, explicó, Clarkson tuvo que asumir el coste total y las deudas a partir de noviembre, "y lo hará hasta el 30 de junio".

La principal preocupación, señaló, era la deuda con Hacienda, la Seguridad Social, y sobre todo con el Ayuntamiento, por lo que se concertó una reunión con el Alcaldesa, Pilar Varela, la concejala de Deportes, Ana Hevia, y el gerente de la Fundación Deportiva Municipal, Lolo Solís. "En ese primer contacto Clarkson no tenía los poderes para negociar, por lo que se acordó con Tejero esos poderes y hace un mes nos volvimos a reunir y nos transmitieron la situación". Y ahí surgieron muchas dudas. "El Ayuntamiento y Tejero argumentan cosas distintas sobre la deuda y llegamos a un momento de casi bloqueo. Yo planteaba que nos dieran la opción de ir saldando, no perdonando, la deuda, pero lo cierto es que desconocemos la realidad del enfrentamiento entre ellos y nosotros no podemos intervenir ahí porque nuestro único interés era intentar desbloquear la situación para poder crecer".

Con la Seguridad Social, explicó, la situación es similar. "Tuvimos hasta cuatro reuniones y al final vimos que había una posibilidad de desbloqueo que nos permitiría asumir la deuda", pero añadió que el problema es que Clarkson debía de dar garantías personales en el plazo de los dos años que tenía firmados con Tejero. "Eso era asfixiante, además había que poner un aval bancario que implica una asunción de deudas particular. Y no era eso lo que buscábamos porque es asumir una responsabilidad que es de la propiedad (Tejero) no del gestor".

El otro problema para lograr ingresos llega de la Federación Española, que tiene bloqueadas las subvenciones que corresponden al club por la competición.

Y no acaba ahí la cosa porque, según Llamazares las sorpresas en el club son continuas. "Cada vez surgen problemas a mayores, dificultades de todo tipo que tiene que solventar la propiedad. Clarkson vino para tirar de este club con un proyecto bonito, pero no para pleitear con el Ayuntamiento ni con nadie puesto que no es su propiedad", insistió.

La directiva del empresario escocés, con todo, ya tenía preparado un presupuesto bien para Segunda B o para Tercera, que es donde jugará la próxima temporada. "Los presupuestos ya estaban aprobados, pero Clarkson administra su dinero muy bien y no es viable hacer un proyecto que tiene bloqueados los ingresos".

El futuro del club con un proyecto serio, según Llamazares, pasa por implicar a la ciudad, a las empresas. "Para ello tenemos que dar una imagen de credibilidad, pero en estas circunstancias y sin tener el club saneado, es muy difícil porque los números no cuadran", concluyó.