Oviedo, L. G.

Decenas de miles de pequeños inversores están abocados a perder parte de sus ahorros por las condiciones del auxilio que España recibirá de Europa para rescatar a la banca de los excesos inmobiliarios. Titulares de participaciones preferentes o deuda subordinada -carentes de la protección que tienen los depósitos- estarán entre los seguros perdedores del proceso, según las reglas que negocian, no sin roces, el Gobierno y las autoridades europeas.

Bancos y cajas de ahorros, apremiados por sus necesidades de capital o liquidez, intensificaron en estos años la oferta a los ahorradores de productos financieros que antes rara vez colocaban por ventanilla, pero sí entre inversores cualificados. Según la asociación de consumidores de banca Adicae, el sector captó por esas vías hasta 37.000 millones de euros. El deterioro de la banca y de los mercados ha terminado por atrapar a muchos de los inversores, que no pueden rescatar su dinero por vías que antes estaban expeditas. El escándalo ha llevado a buena parte de las entidades a llegar a pactos de recompra o canjes por otros productos (acciones, depósitos, otros bonos...), pero hay una gran cola de ahorradores que tienen su dinero atrapado en los cuatro bancos nacionalizados: Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia.

Esas cuatro entidades suman emisiones de participaciones preferentes y deuda subordinada por valor de casi 11.300 millones. A sus titulares podrían sumarse como afectados quienes tienen esos mismos productos de cualesquiera otros bancos que vayan a recibir dinero del rescate europeo. El criterio de la Comisión Europea es que accionistas e inversores en los llamados productos híbridos de capital -se asemejan al capital ordinario y computan como recursos propios de la entidad- deben correr con parte de las pérdidas porque todo lo que no se cubra así irá con cargo al rescate y, por tanto, de los contribuyentes europeos (hasta que los bancos o el Tesoro español devuelvan el dinero prestado). El Gobierno trata de resistirse, sabedor del impacto para muchos hogares y de que no son excepción los casos en los que estos ahorradores, sin haber recibido la información adecuada, pensaban que ponían su dinero en algo tan seguro como un depósito ordinario. Los caminos que Europa marca ahora y su impacto se sintetizan a continuación.

l Preferentes. Los inversores en este tipo de productos de los bancos rescatados están condenados a sufrir pérdidas. Las participaciones preferentes son títulos de elevada rentabilidad, pero que tienen la condición de deuda perpetua. Esto es, salvo que el banco se preste a liquidar las participaciones, el dinero sólo se puede rescatar colocándolas en un mercado secundario que ahora está seco. Los bancos rescatados tendrán la obligación de recomprar las preferentes, pero a precios de mercado, lo que puede conllevar pérdidas para el ahorrador superiores al 60%. Para paliar ese impacto, el FROB, organismo encargado de la reestructuración financiera, prevé canjes por acciones o por otros productos, aunque también con daños para el titular. Éste podrá voluntariamente mantener las preferentes, pero con el peligro de no recuperar nunca su dinero.

l Deuda subordinada. Son bonos con alta rentabilidad, aunque a riesgo de asumir pérdidas en caso de quiebra antes que otros acreedores. El FROB se plantea la recompra a precios de mercado y canjes por acciones o «deuda senior». Una cláusula pone límites al menoscabo para el inversor tanto para este caso como para las preferentes: «Ningún acreedor soportará pérdidas superiores a las que hubiera soportado si la entidad fuera liquidada en un proceso concursal».