M. C.

El Museo del Ferrocarril ha recibido siete máquinas de fabricación de tabaco que durante años habían estado recogidas en el Museo de la Minería. Las máquinas, que comenzaron a trabajar en la antigua fábrica de tabacos de Cimadevilla en el primer tercio del siglo pasado, volverán al antiguo convento de las Clarisas, en el barrio alto, cuando se complete su transformación en museo. Mientras, pueden contemplarse junto a las locomotoras y vagones en el Museo del Ferrocarril.

La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, aseguró ayer que con la recuperación de estas piezas para Gijón se dan los primeros pasos para crear el futuro Museo de Gijón, en el antiguo convento de las Clarisas. Una obra que ya contará con una partida en los presupuestos municipales de 2011. El Museo del Ferrocarril ya albergaba, desde hace casi 30 años, otras dos máquinas de la antigua fábrica de tabacos.

Las máquinas que ahora ha recibido en depósito el Museo del Ferrocarril son tres liadoras de tabaco, dos molinos y dos zarandas, según explicó la técnico de conservación de los museos municipales, Paz García Quirós.

Las zarandas son las máquinas donde se cribaba la hoja picada del tabaco para obtener la picadura para cigarrillos. Previamente se molían las hojas en los molinos. Las piezas más importantes son las liadoras, dado que son las únicas máquinas exclusivas para la fabricación del tabaco.

Las zarandas y los molinos también se utilizaban para otros productos agrícolas y de hecho las que se exponen en el Museo del Ferrocarril fueron fabricadas en la factoría de maquinaria agrícola I.M.A. Domínguez, de Valencia.

Las liadoras, en cambio, fueron fabricadas entre 1915 y 1930 en la factoría La Maquinista Valenciana, que desde 1887 había mantenido contactos con Tabacalera para suministrar este tipo de artilugio a las fábricas de la compañía en la Península. «Se usaban para liar los cigarrillos que llamaban caldo de gallina, que eran los más populares», explica Paz García Quirós. Utilizaban el método Vilaseca, que permitía liar con el papel en horizontal, con lo que se podía utilizar papel engomado. Estas máquinas estuvieron operativas durante gran parte del siglo pasado, señaló la técnica de museos.

El Museo del Ferrocarril ya contaba en su haber con otras dos liadoras, aunque sólo una de ellas está expuesta, mientras que la otra permanece en sus almacenes.

En la visita que ayer efectuó al Museo del Ferrocarril, la Alcaldesa estuvo acompañada, además de por la técnica citada, por el concejal de Educación y Cultura, Justo Vilabrille, y el director del Museo del Ferrocarril, Javier Fernández López.