Ingeniero industrial, ganador de una de las becas «Cajastur-Fernando Alonso»

C. JIMÉNEZ

Iván Fernández Colunga es uno de los trece candidatos que llegaron a la selección final de la quinta edición de las becas «Cajastur-Fernando Alonso». Las becas, un total de cuatro para toda España, permiten cursar estudios de posgrado de automoción deportiva en la Universidad inglesa Oxford Brookes. Este ingeniero industrial, formado en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, en especialidad de Electrónica y Automática y en la Universidad Tecnológica de Clausthal (Alemania), en Ingeniería en Diseño Mecánico y Mecatrónica es, a sus 23 años, el único alumno de la Universidad de Oviedo que pondrá rumbo en septiembre al prestigioso centro británico. Lo hará tras finalizar unas prácticas en el centro tecnológico de Siemens, en Múnich. Todo ello compaginado con los estudios de Ciencias Físicas en la UNED.

-¿Cómo ha vivido la experiencia alemana?

-Muy positiva. Conocer un nuevo país y un tipo nuevo de enseñanza es siempre una experiencia para bien, lo mismo que conocer a gente nueva. La verdad es que yo aprendí mucho, trabajé con profesores para hacer distintos proyectos muy buenos y me marcho muy contento.

-¿Es muy diferente del sistema universitario español?

-No, tampoco tanto. Sí en algunos matices, pero yo creo que en España nos quejamos un poco por vicio. Por lo menos en lo que yo conozco de la Escuela de Ingenieros de Gijón, a mí me parece que se da una muy buena enseñanza.

-¿Por qué decidió enfocar su carrera hacia la automoción?

-A mí siempre me había parecido muy interesante la industria del automóvil. Estudié ingeniería industrial, una ingeniería con muchos campos de aplicación y digamos que la industria del automóvil tiene ese enfoque multidisciplinar, desde la dinámica a la aerodinámica y, cada vez más, la electrónica; es decir, hay muchos aspectos implicados. El hecho de decantarme por la automoción deportiva, primero, es porque me gusta el deporte de competición y también por las grandes posibilidades que ofrece en el ámbito de la investigación, por los recursos que se destinan a ello; pero también porque mi visión de futuro profesional me gustaría que estuviera enfocado a eso. Es un sector muy dinámico que te obliga a hacer algo nuevo cada día.

-¿Su sueño sería llegar a trabajar con Fernando Alonso?

-Eso ya sería el sueño del sueño. Estaría muy bien, pero el sueño fundamental es meterse en ese mundo poco a poco e ir conociendo y desempeñando tu papel profesional. Desde luego, el máster es una buena oportunidad para sentar las bases.

-De no haber surgido la oportunidad del máster, ¿se planteaba continuar en Alemania?

-Lo de la industria del automóvil siempre lo tuve en mente y en Alemania tienen sus centros de investigación muchas compañías: Mercedes, BMW, Volkswagen.. Por eso, Alemania es una buena opción para seguir trabajando, pero al tener la posibilidad de sumar la faceta deportiva a la industria de la automoción, con un deporte apasionante como la Fórmula 1, decidí presentarme a esta beca y estudiar este máster. Para mí es la combinación perfecta.

-¿Qué opina del ofrecimiento de la canciller alemana Angela Merkel para captar profesionales españoles de alta cualificación?

-A mí me cogió cuando ya estaba en España. La verdad es que, en cierta manera, las universidades españolas forman profesionales muy competentes que suelen ser valorados cuando van fuera. Esperemos que dentro de poco las empresas españolas sean capaces de generar la actividad económica necesaria para dar cabida a todos esos ingenieros.

-¿Cómo se ve desde la perspectiva de un joven ingeniero los cambios espectaculares que está viviendo la industria del automóvil?

-Como todo: supongo habrá etapas mejores y peores, pero yo creo que es una industria con futuro y de cara a la innovación en ingeniería y al trabajo de desarrollo en el campo de la ingeniería seguirá siendo una industria con muchas posibilidades.

-¿Es necesaria experiencia en el exterior para poder trabajar en España?

-La verdad es que tengo una mentalidad bastante abierta y digamos que cambiar de un país para otro tampoco me supone un trauma importante. Prefiero tener una buena oportunidad profesional y aprovecharla que tener una mentalidad de intentar hacer todo lo posible para quedarme en un sitio determinado.

-¿Por qué se decantó por la ingeniería?

-La verdad es que siempre me gustaron mucho las ciencias y la posibilidad de emplearlas en hacer algo positivo por la sociedad.

-Si volviera a la Universidad, ¿qué especialidad elegiría?

-Ahora ya no hay posibilidad de elegir porque con los nuevos grados se ha dividido la carrera más y, en cierta manera, a mí me parece una pena, porque la visión multidisciplinar que tenía el ingeniero industrial se pierde. Luego, con los posgrados que se elijan, se puede matizar un poco eso pero, sinceramente, si ahora tuviera que empezar a la Universidad, no tendría tan claro por qué grado decidirme. Me lo tendría que pensar bastante.

Iván Fernández Colunga

Ovetense, de 23 años. Titulado en Ingeniería Industrial (especialidad de Electrónica y Automática) por la Universidad de Oviedo y en Ingeniería en Diseño Mecánico y Mecatrónica en la Universidad de Clausthal (Alemania), gracias al acuerdo de doble titulación entre ambas instituciones.

Durante los cinco cursos de carrera ha recibido el diploma al mejor expediente de su promoción. Antes había sido premiado en olimpiadas científicas de Matemáticas, Física y Química. Acaba de finalizar su proyecto fin de carrera en el departamento de Radiofrecuencia de Siemens en Múnich, y estudia Ciencias Físicas en la UNED. Además, toca el piano y practica judo.