El Padre Chus niega haber ofrecido droga a menores a cambio de sexo y achaca su situación legal a su enfrentamiento con la Iglesia: así fue el inicio de su juicio

El exreligioso y los otros dos acusados declaran en la primera sesión de la vista oral del litigio, por la que también pasaron veinte testigos

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Declaró, defendió su inocencia y achacó su situación legal y los "rumores en torno a su persona", entre otras cosas, al enfrentamiento que tuvo con las altas esferas de la Iglesia. Jesús María Menéndez, el exreligioso conocido popularmente como el padre Chus, se sentó ayer ante el juez para negar todos los cargos de los que está acusado. La Fiscalía le pide diez años de cárcel. Cuatro por un delito de contra la salud pública por, supuestamente, facilitar hachís a los menores que tenía alojados en su piso y otros seis por tres delitos de corrupción de menores por, también supuestamente, haber ofrecido dicha droga a cambio de favores sexuales.

El exreligioso, acompañado por su abogado, el gijonés Javier Díaz Dapena, llegó tranquilo al Palacio de Justicia de Gijón y se mantuvo sereno durante toda la larga sesión, que se prolongó hasta más allá de las dos y media de la tarde. Salió incluso haciendo chascarrillos a los muchos medios de comunicación presentes para cubrir el día.

En el caso hay otros dos investigados a los que se le piden cuatro años también por vender droga en el piso. Uno de ellos accedió a declarar para negar los cargos y el otro reconoció los hechos y esperará llegar a un acuerdo. A los dos se le pide cuatro años. El que reconoció los hechos espera ser condenado solo a dos. No hay personada acusación particular.

"Por supuesto que mantiene su inocencia", comentó Díaz Dapena sobre la declaración del padre Chus esta mañana en la sección octava de la Audiencia Provincial en una jornada que fue maratoniana. Además de los tres acusados, estaban llamados a declarar quince testigos protegidos y cinco educadoras, que tuvieron trato con las víctimas menores de edad. El padre Chus llegó pasadas las diez menos veinte de la mañana y se sentó delante de los tres magistrados de la Audiencia Provincial a eso de las diez y media. Lo que hizo fue negar los hechos de los que le acusa la Fiscalía.

En resumen, el Ministerio Público sostiene que el exreligioso contactaba al menos desde el 2015 con menores para ir a su piso en la calle Donato Argüelles. En ese lugar, y de acuerdo con la Fiscalía, "les entregaba pequeñas cantidades de dinero o les facilitaba hachís que consumían en el salón y en su presencia". Dice el fiscal también que Menéndez incitaba a los chicos a que contactara con otros menores para que fueran al piso. Lo que buscaba era ganarse su confianza "para mantener relaciones sexuales con ellos" a cambio de dinero, hachís o de estar en su casa libremente consumiendo droga.

Todo esto lo negó el que fuera, en tiempos, cura de localidades como Castiello de La Marina o Tazones. El padre Chus explicó que ni vendía drogas, ni tampoco las ofrecía para mantener relaciones sexuales. Explicó que él se dedicaba a hacer una labor pastoral con los menores y que los acogía en su piso de la calle Donato Argüelles, que antaño fue el domicilio de sus padres. Contó, como ya hizo en otras ocasiones, que él hacía vida en su habitación y que en el piso no consentía que los menores consumieran drogas. Achacó, por otro lado, su situación legal y los rumores sobre su persona a los enfrentamientos que en el pasado tuvo con las altas esferas de la Iglesia.

Manifestó esto porque recordó que a lo largo de su dilatada carrera como sacerdote estuvo en contacto con menores tanto en los institutos en los que dio clase como en otras situaciones y nunca, hasta entonces, había tenido ningún problema. Hasta la fecha, sobre el padre Chus no consta tampoco ninguna condena, aunque sí estuvo en prisión provisional por este asunto. Tuvo un caso en 2015, que fue archivado antes de llegar a juicio. Por el contrario, sí fue condenado a tres años de cárcel un joven marroquí en abril de 2023 por tratar de asesinar al religioso, al que apuñaló en 2021 en el cuello y en el estómago.

Además del excura, declararon los otros dos acusados. Los dos son jóvenes de poco más de veinte años. Uno de ellos, el defendido por el abogado Alberto Rey, estuvo presente en el Palacio de Justicia de Gijón. Llegó con el rostro completamente tapado con una capucha y gafas de sol para proteger su identidad. Se le piden cuatro años de cárcel por vender drogas. Este negó las acusaciones de la Fiscalía, que le señalaba como uno de los vendedores de hachís. Lo que vino a decir fue que él acudía al piso del padre Chus y que allí "fumaba", pero que no vendía drogas.

Otra versión diferente dio el tercero de los acusados que declaró por videoconferencia desde Mallorca, donde vive. Se le acusa también de vender drogas en el asunto. Reconoció los hechos, esperando llegar a una rebaja de la pena. Explicó que efectivamente vendía drogas, pero que lo hacía de forma esporádica, en parte también por ser consumidor de estupefacientes, y para costearse comida y sus gastos.

El juicio, pese a lo larga de la sesión, no terminó esta mañana. Habrá hoy otra segunda ronda de declaraciones. Hay citadas 25 personas. Declararán los siete policías que participaron en la investigación, varios testigos, entre ellos el portero de la vivienda del padre Chus, así como amigos de las supuestas víctimas. También, un técnico de farmacia que fue el encargado de pesar la droga que se halló el día de la detención del excura, así como el forense y un médico psiquiatra. Se espera que mañana el juicio quede listo para sentencia.

Suscríbete para seguir leyendo