Los lobos destrozan al perro de una familia de Ribera de Arriba tras entrar en su finca saltando un gran muro: "Cualquier día nos comen a nosotros"

Los dueños de "Lolo", un "mestizo cariñoso y juguetón", viven con miedo tras lo ocurrido: "Ya nos habían matado antes seis ovejas"

"Lolo", el perro que fue devorado por los lobos.

"Lolo", el perro que fue devorado por los lobos. / LNE

A Julián Álvarez todavía se le forma un nudo en la garganta cada vez que recuerda el estado en el que quedó su perro "Lolo" tras ser atacado por los lobos en la finca que la familia tiene en la localidad de Palomar, en el concejo de Ribera de Arriba. El animal, un "mestizo" de poco tamaño, "cariñoso y juguetón", fue destrozado a dentelladas durante la noche del pasado martes mientras Julián y su mujer dormían. Cuando se despertaron, el mundo se les vino encima. "Tenemos un disgusto tremendo porque lo queríamos muchísimo. Lo habíamos adoptado para mi nieto hace tres años en la perrera de Mieres y era como uno más de la casa. No puedo ni pensarlo", explica el hombre emocionado.

El dolor que le produce a la familia la pérdida de "Lolo" se suma a la sensación de peligro con la que viven desde hace tiempo. De hecho, no es la primera vez que sufren un ataque por parte de los lobos. A principios del mes de abril, estos animales salvajes entraron en su finca y se comieron a cuatro de sus ovejas. Los hechos fueron denunciados a la guardería del Principado. El personal del servicio regional recogió pruebas de los restos de las ovejas y hasta huellas para concluir, al menos en una primera evaluación, que efectivamente se trata de un ataque del lobo. Los ganaderos locales aseguran que fue la primera vez que la Administración regional reconocía la autoría de un ataque del lobo dentro de Ribera de Arriba. "Y una semana antes me habían matado otros dos corderos. Esto se está yendo de madre, los lobos están al lado de las casas. Cualquierdía estoy dentro de mi finca y me comen a mí", denuncia.

Según denuncia Julián Álvarez, los lobos "no le tienen miedo a nada" y es muy difícil pararlos. "Mi finca está al lado del río y tiene un muro de dos metros. Aún así lo saltan como quieren", dice Álvarez, que además de "Lolo" tiene un pastor como medida disuasoria frente a los ataques. "