Filósofo y sociólogo, profesor de la Universidad de Buenos Aires (Argentina)

Oviedo, Elena FDEZ-PELLO

Alejandro Gustavo Piscitelli (Buenos Aires, 1949) es filósofo y sociólogo, especializado en nuevos medios. Profesor titular del taller de Procesamiento de Datos, Telemática e Informática en Ciencias de la Comunicación, en la Universidad de Buenos Aires y coeditor del diario «on-line» «Interlink Headline News», es toda una autoridad en lo que se refiere al desarrollo de las nuevas tecnologías y las consecuencias de su implantación para los ciudadanos. Es un adelantado en sus desarrollos pedagógicos. Recientemente estuvo en Oviedo, donde asistió, como ponente inaugural, a las jornadas «Entornos digitales de enseñanza y aprendizaje».

-Nativos e inmigrantes, ¿cuál es la diferencia?

-Los nativos son la gente que nació con la computadora, internet y los celulares. La tecnología es lo que aparece después de que vos nacistes, si ya estaba antes no es nada. Los nativos tienen la tecnología como parte de su dotación intelectual y la divisoria entre ambos, entre nativos e inmigrantes es sociocultural y económica.

-¿La convivencia entre ambos grupos supone algún problema?

-En la vida cotidiana no presenta mayor dificultad. El problema es la escuela, que trata de «inmigrantizar» a los nativos: les obliga a leer textos, los desenchufa, les niega el sonido, la música, les obliga a ser alumnos de cincuenta años atrás. El nativo es una persona libre, son más listos, más rápidos y más sociales. Usan el celular para pertenecer, no para comunicarse, y sus necesidades y valores son distintos.

-¿La escuela es nativa o aún es inmigrante?

-La escuela está hecha para homogeneizar y, aunque no lo logra porque la gente es muy diferente, la dieta cognitiva es indiferenciada. Eso tiene una razón histórica, una educación personalizada exigía un docente por chico, y es muy caro, pero puedes usar la tecnología para personalizar la educación, pasar de una educación «docentocéntrica» a una «alumnocéntrica». Hoy la estructura del aula es «topdown», de adulto a chico, el docente sabe y el alumno no sabe nada.

-Internet hace posible el ideal de una educación personalizada.

-Hay una selección darwiniana, donde el chico va creando su recorrido educativo. Eso no está bien visto por los docentes. A veces hay que seguir el orden curricular o canónico pero en general es bastante arbitrario. Al aprendizaje se puede entrar por muchos lugares. Los chicos que han nacido con internet tienen una mentalidad más concreta y la ideología escolar privilegia la abstracción.

-Hay varias generaciones de nativos y probablemente diferencias entre ellas.

-Los segmentos más jóvenes y recientes son más radicales. No es lo mismo una persona de 15 años que una de 35, aunque ambos son nativos.

-Ha mencionado algunas cualidades de estas personas. ¿Más?

-Sí. Piensan, actúan y habitan en red. Tienen una idealidad colectiva, no de multitud, sino que son diferentes pero son en grupo. La media de amigos en Facebook son 120, antes una persona citaba a una o dos personas como sus mejores amigos. Puedes ampliar muchísimo la cantidad de gente que está en el grupo. Hay muchos tipos de nativos y la mayoría lo que aprenden lo aprenden fuera de la escuela. Hasta su cerebro es distinto, los estímulos que reciben generan sinapsis distintas a las de los no nativos.

-Cuando los políticos hablan de nuevas tecnologías en la escuela piensan en llenar las aulas de aparatos. Asturias dará un ordenador a cada alumno a partir de quinto de Primaria.

-El responsable político necesita impacto. La relación entre ordenadores y alumnos está ahora, en Asturias, uno a seis. El uno a uno tiene ventajas: el chico lo usa, lo integra, lo lleva a su casa, pero también promueve el individualismo. Lo mejor es el uno a dos, que obliga a compartir, realizar proyectos juntos... Los chicos de clase media tienen plata para comprarse un ordenador y lo tienen en casa.

-¿La escuela, tal y como la conocemos, desaparecerá?

-La gramática escolar, el cómo se deben hacer las cosas, nunca ha cambiado. Han cambiado los procesos, pero no aquello. La lucha que le plantea internet a la escuela es más radical. No se imagina una sociedad sin escuela, sólo puedes imaginarte otra escuela.

-¿Para qué memorizar si todos los datos que necesito están a mi alcance en la web?

-La información enciclopédica es prescindible pero el conocimiento no es sólo datos, hay un contexto. Hay una diversidad de experiencias que internet no elimina, cosas que se saben porque se palpan. La escuela es buena para jugar, para que se corrija a la gente.

-Muchos alertan de los peligros de una existencia virtual, vivida a través de internet.

-Hay gente que es autista y se refugia en la red, gente muy sociable que la utiliza para establecer relaciones. La gente no va menos al fútbol y si lo hace es porque no tiene plata, no deja de salir de noche y si no sale es porque tiene miedo. Se mezclan las cosas pero internet no es un medio alienante de por sí. En los últimos años aumentó diez puntos el coeficiente intelectual.

-¿Internet ha acabado con el poder de manipulación ciudadana de los políticos y los medios de comunicación?

-La tecnología es inocente, pero los medios de comunicación tienen una agenda, una línea editorial y la mantienen en internet. Eso no significa que «estupidicen» a la gente.

-Los móviles han permitido que el mundo vea qué sucede en Teherán, de donde ha sido expulsada la prensa internacional.

-Eso se vio aquí en el 11-M, pero no hay que idealizarlo. Los medios sirven para convocar pero no son «ideologizantes». No hay que confundir el mensaje con el medio.

-¿Cómo será el futuro?

-Lo que uno aún no puede imaginarse es una fusión de la vida «on-line» y la vida «off-line». Facebook es un ejemplo de ello. Hoy necesitas un mediador, que es la máquina, pero la tendencia es eliminar las máquinas, la «interfacialización» directamente accesible.

«Las aulas están hechas para homogeneizar y la dieta cognitiva es indiferenciada»

«La lucha que le plantea internet a la escuela es radical»

«Aún no podemos imaginar la fusión de la vida "on-line" y la vida "off-line"»