Lara y Derya van a destilar el primer whisky puro de malta de Asturias

"Nos gustaría fomentar la recuperación del cultivo de la cebada"

ASTURIANOS EN LAS REGUERAS: Lara Calderón y Derya Demirci

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Lara Calderón y Derya Demirci, próximos destiladores del primer whisky puro de malta de Asturias. Este joven matrimonio, que se instaló recientemente en el pueblo de Premió procedente del Reino Unido, su última residencia, está construyendo una destilería que producirá el primer whisky puro de malta de Asturias. Detrás de este proyecto hay mucha experiencia en el sector de las bebidas y la hostelería y un fuerte espíritu emprendedor.

"Yo soy Lara Calderón, nací en Aguilar de Campoo en 1979. Mis padres se vinieron a Cudillero en 2002, a Villademar, por circunstancias de la vida, mi hermana estaba enferma y mi padre quiso cambiar. Nosotros ya veníamos de vacaciones a Cudillero. Mi padre, que siempre estuvo enamorado de Asturias, era escayolista, eran los años del boom y encontró trabajo aquí. Yo estudié Turismo, estuve trabajando 5 años en un hotel en Soto de Luiña, Casa Vieja del Sastre, hasta que giró un poco mi vida. Me fui unos meses a Estados Unidos y cuando volví estaba ya tirando fuerte la crisis. Era 2012, así que volví a irme. En esa ocasión al Reino Unido, a trabajar de camarera a un restaurante que se llama Auberge du Lac, en Brocket Hall, un complejo hostelero".

"Yo me llamo Derya Demirci. El apellido es turco, mi padre era constructor y mi madre profesora de inglés. Soy de Salinas, de 1986. Con 20 años me marché a EE UU y estuve allí cinco años, trabajando en los cruceros Disney, donde trabajé como sumiller. Siempre he estado muy agradecido a Disney porque invirtieron en mí y vieron que tenía potencial en el mundo del vino, que para mí fue una pasión que no sabía que tenía. Después me formé en la Escuela Española de Cata. En 2011, me marché a Inglaterra. Estuve trabajando en uno de los restaurantes de Gordon Ramsay, en The Maze, y luego me fui a trabajar como sumiller principal al restaurante Auberge du Lac. Y cuando me dijeron que venía una chica española y que era precisamente de Cudillero no me lo podría creer. El mundo es un pañuelo, pensé. Mi madre había nacido en Villademar y ella, Lara, venía precisamente de Villademar".

Lara: "La verdad es que a todo el mundo al que le contamos nuestra historia alucina (risas). Pues sí, nos conocimos en 2012 y desde entonces estamos juntos".

Derya: "Pasado un tiempo, yo me moví a la venta de vinos con Berkmann Wine Cellars. Más tarde descubrí el whisky. Dentro de las bebidas espirituosas creo que es el equivalente de vino. Tiene mucho perfil, tiene una historia muy importante, organolépticamente es muy complejo y depende muchísimo de cómo lo trates. Tienes que ser un buen destilador y conocer bien el proceso. Aparte de las barricas, influyen también las variedades de cebada que uses. En la producción de ginebra el conocimiento radica más profundamente en la botánica y los aceites esenciales. En cambio, en el whisky, a través de tu conocimiento y habilidad como destilador, se pueden desarrollar aromas, que evoquen, por ejemplo, a las violetas. Probé un whisky, el Bunnahabhain de 45 años, que te juro que sabía a piña confitada. Esa botella costaba mil y pico libras. Y, por cierto, conocí a un americano que me dijo que se había bebido tres botellas de esas en dos semanas. Empezó a beber y no pudo parar. Así que pasé a comercializar whisky y partir de ahí acabé trabajando de comercial en exportación en una destilería que había empezado muy recientemente, Raasay Distillery. También me empecé a interesar en aprender sobre los procesos de destilación, malteado, etcétera… Acabé involucrándome y saqué el título de destilador. Y entonces fue cuando nos golpeó la pandemia".

Lara: "La pandemia nos hizo pensar cómo se iba criar en el Reino Unido nuestra hija, que había nacido en 2017. También el estar lejos de la familia y no poder tenerlos cerca influyó. Además de la pandemia también el Brexit nos hizo reflexionar. No nos gustaba mucho la situación que se había creado".

Derya: "Sí, de repente, vimos un cambio de mentalidad en el Reino Unido, división entre la gente. No lo entendíamos. Mira, en la calle principal donde vivíamos había tres restaurantes hindúes, uno turco y un tailandés. Y si tú le preguntas a un inglés por la comida típica te dice un hindú y que, de repente, que te digan que no quieren formar parte de una Unión que es variedad... eso nos chocó bastante".

Lara: "Pero antes nos dijimos: volvemos, pero con un plan. Y ahí surgió el proyecto de la destilería. Nos vinimos a España el 16 de diciembre de 2020. Antes de mudarnos yo ya había estado viendo distintas propiedades por España. Hasta que encontramos esta en Premió, que es literalmente perfecta, con una casa y, al lado, un pajar impresionante donde instalaremos la destilería. Una de nuestras diferencias será que vamos a maltear. El whisky es un destilado de cerveza y nosotros vamos a producir esa cerveza que, en realidad, digamos que es una protocerveza: ni la cueces ni le añades lúpulo ni nada. Pero, para hacer esa cerveza, necesitas un mosto que se hace con cebada que tiene que estar malteada".

Derya: "El malteo es la conversión del grano de cebada en malta. Así, digamos, hacemos disponibles enzimas y almidones, que es lo que luego va a crear una conversión en azúcares fermentables".

Lara: "Para eso hay que coger el grano, humedecerlo y dejarlo germinar hasta el punto adecuado. Luego hay que ahumarlo, secarlo y ya tienes la malta".

Derya: "Nuestra ambición es ganar a la historia y hacer volver el cultivo de cebada a Asturias, donde antes se cosechaba. Pero se perdió por completo porque era más rentable destinar el terreno para el ganado. A nosotros nos interesaría tener un productor de cebada de cercanía, al que también creemos que le saldría mucho más rentable cultivar cebada que maíz, por ejemplo. Ganan todos porque, además, no afectas a la ganadería. El desecho del cultivo de la cebada es alimento para los animales que saldría casi gratis porque para nosotros es residual".

Lara: "Así que... crucemos los dedos. A final de este año empezaremos a producir. Hasta que no pasen tres años no se le puede llamar whisky, pero para comenzar vamos a vender pequeños kits de añejamiento, barricas que compras como inversión y que guardas".

Derya: "Y, por supuesto, después de estos tres años se vendería como whisky asturiano de malta pura. Eso para mí es lo esencial, no será mezcla. Y será el primero que se produzca íntegramente en Asturias".

Lara: "El 15 de noviembre tenemos que tener hecha la obra y toda la maquinaria para cumplir con las fechas de la subvención del plan Leader del Camín Real, así que sobre esas fechas esperamos llamaros para la inauguración".