El patinete eléctrico va más rápido que las medidas para su control

El auge de la demanda de los vehículos de movilidad personal en Asturias genera un debate sobre sus beneficios y limitaciones

patinete

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Jorge Lay

Los patinetes eléctricos ya están aquí y han venido para quedarse. En la era de la movilidad sostenible y la búsqueda de alternativas al transporte tradicional, estos vehículos de movilidad personal son una opción popular en Asturias. Las ciudades de Gijón, Oviedo y Avilés han experimentado un aumento significativo en la presencia de patinetes eléctricos en sus calles en los últimos meses. Ofrecen una solución fácil y conveniente para los desplazamientos cortos y medianos, evitando el tráfico y contribuyendo a la reducción de emisiones contaminantes. Sin embargo, también han surgido desafíos relacionados con el control y la seguridad debido a la velocidad a la que pueden desplazarse en manos de usuarios que no siempre conocen las normas de circulación y puede suponer un grave peligro.

Precisamente uno de los principales atractivos de los patinetes eléctricos es su velocidad. Estos vehículos pueden superar los 20 kilómetros por hora, ofreciendo una opción de transporte rápida y conveniente para la vida urbana. Sin embargo esta misma velocidad también ha llevado a problemas relacionados con la seguridad. En su afán por aprovechar la rapidez que ofrecen los patinetes eléctricos, muchos usuarios se enfrentan al dilema de equilibrar la emoción de la velocidad con la necesidad de mantener el control.

En Oviedo, desde hace varios meses la empresa Bolt ofrece un servicio de alquiler de estos vehículos. A pesar de contar con un sistema de estacionamiento habilitado y una normativa vigente, se han registrado numerosas quejas por la falta de responsabilidad de algunos usuarios. Se ha observado un aumento en los incidentes relacionados con el control inadecuado de estos vehículos. Muchos usuarios no están familiarizados con su manejo o no prestan la debida atención mientras circulan, lo que puede llevar a situaciones peligrosas tanto para ellos como para los peatones y otros vehículos de la vía.

"No me gusta como algunas personas utilizan los patinetes, deberían ser mas conscientes y respetar las normas de circulación", afirma Sofía López, una ciudadana ovetense que se mostraba indignada con el uso de estos vehículos. Diego Fernández, también de Oviedo, opina que debería haber mas control sobre aquellos usuarios temerarios, "mucha gente desconoce las señales de tráfico y utiliza patinetes", así que "se saltan semáforos en rojo o señales de stop", abunda Fernández.

A todo esto, algunos usuarios habituales afirman tener complicaciones con las aplicaciones que ofrece el servicio de estos vehículos. "He tenido algunos problemas al intentar aparcar el patín en las zonas habilitadas y he tenido que dar vueltas en busca de un lugar para aparcar, porque cuanto mas tiempo pasa, mas me cobran", afirma Javier Rodríguez. También añade que las aplicaciones de servicio de patinetes eléctricos se equivocan a veces para mostrar la ubicación exacta de los vehículos que se encuentran repartidos por la ciudad.

La educación juega un papel fundamentan en abordar el problema del control de los patinetes eléctricos. Campañas de concienciación pueden ayudar a todos a comprender la importancia de seguir las normas de tráfico y conducir de manera responsable. También es esencial que los fabricantes proporcionen información clara sobre el manejo adecuado de estos vehículos y que los usuarios reciban una formación básica antes de utilizarlos en las vías públicas.

El presidente de la Asociación de Autoescuelas de Asturias, Rubén Castro, ha manifestado su preocupación. "Desde el sector de las autoescuelas no estamos en contra de la movilidad personal, pero pensamos que debe estar mejor regulado". Castro afirma que se están registrando accidentes, no solo entre los usuarios de los patinetes, sino también entre los peatones, "porque muchos desconocen las normas de circulación". "Desde las autoescuelas proponemos una formación mínima teórica durante aproximadamente dos semanas para que haya mas seguridad en las carreteras", apostilla Castro.

A pesar de los desafíos, los patinetes eléctricos continúan teniendo un impacto positivo en la movilidad urbana de Asturias. Sin embargo, para maximizar estos beneficios es crucial abordar las preocupaciones de seguridad y control. Además, se ha instado a los usuarios a respetar las señales de tráfico y a circular por los carriles habilitados para bicicletas cuando sea posible. No obstante, el concejal de Movilidad y Gestión Urbana de Oviedo, Nacho Cuesta, ha defendido la presencia de los patinetes eléctricos en Asturias y asegura que se está cumpliendo la normativa vigente. "La presencia de los patinetes eléctricos me parece sumamente positiva. Actualmente el uso es mucho mayor al previsto y las quejas por parte de la población son mínimas".

Cuesta dice que el Ayuntamiento está en constante coordinación con las empresas que proporcionan alquiler de estos vehículos para mejorar aquellas "pequeñas deficiencias" que puedan surgir. Además califica como "muy necesaria" la propuesta del presidente de la Asociación de Autoescuelas de Asturias de formar teóricamente a los conductores de patinetes eléctricos para que conozcan las normas generales de tráfico.

Solo una persona por vehículo y prohibidos los pasos de peatones y conducir con auriculares

La normativa establece que tanto los patinetes eléctricos como las bicicletas solo están autorizados a cruzar los pasos de peatones legalmente cuando el ocupante se ha bajado del vehículo y lo atraviesa junto a él. Si se opta por cruzar montado en el patinete se puede recibir una multa de 200 euros. Además, tanto las bicicletas como los patinetes eléctricos están excluidos de circular por las aceras, y quienes infrinjan esa normativa también podrían enfrentar sanciones de hasta 200 euros por contravenir el artículo 125.1 del Código de Circulación, el cual prohíbe el uso de "todo tipo de vehículos" en aceras y zonas peatonales. Según la ley, los patinetes están destinados exclusivamente para el uso de una sola persona. Por tanto, está prohibido que dos individuos viajen en un mismo patinete, enfrentados así a una multa de 100 euros. En el caso de circular durante la noche sin contar con un sistema de iluminación del vehículo existe la posibilidad de recibir una multa que podría alcanzar los 200 euros. Los conductores de los patinetes eléctricos se rigen por las mismas tasas máximas de alcohol permitidas por la Ley de Seguridad Vial. Está prohibido conducir utilizando auriculares o cascos conectados a dispositivos de sonido y puede acarrear una multa de 200 euros, así como la pérdida de tres puntos en el carnet de conducir para aquellos que lo tengan. Por último, modificar ilegalmente un patinete eléctrico puede acarrear consecuencias financieras significativas. Según el Reglamento General de Vehículos, los patinetes eléctricos son considerados Vehículos de Movilidad Personal (VPM). Estos vehículos, que pueden tener una o más ruedas y están propulsados por motores eléctricos están diseñados para alcanzar velocidades de entre 6 y 25 kilómetros por hora. Es importante destacar que solo se les permite llevar un sillín si están equipados con un sistema de autoequilibrio. Los patinetes que no se ajusten a estos requisitos podrían enfrentar una multa de 500 euros. Además, en caso de incumplimiento, las autoridades tienen la facultad de inmovilizar el patinete y proceder a su confiscación.

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