La exoneración, el pasado martes, de responsabilidades administrativas y patrimoniales de Julián Rus Cañibano en la quiebra de la empresa Los Telares, que él mismo fundó en 1976, no obsta para que el proceso judicial y la liquidación de la sociedad sigan su curso en otros frentes.

Los planes inmediatos de la administradora concursal encargada de finiquitar el negocio de Los Telares, el despacho de Leopoldo Pons, pasan por subastar los inmuebles que eran propiedad de la compañía y tratar de obtener con ellos el mayor dinero posible para poder pagar a los acreedores. La deuda asciende, según lo expuesto en el Juzgado Mercantil el pasado martes, a unos 21 millones de euros y las expectativas de los administradores de poder satisfacerla en su totalidad con lo que se obtenga de la subasta de los locales comerciales propiedad de Los Telares son muy bajas.

Con anterioridad, en otra fase del proceso liquidatorio, se habían enajenado mercancías y todo tipo de material comercial susceptible de venta, siendo las cantidades obtenidas insignificantes frente al monto total de la deuda. La previsión de los administradores pasa por la casi seguridad de que tendrán que cerrar el proceso liquidatorio con la declaración de un déficit. Técnicamente, es esa diferencia la que habría que reclamar a quienes sean declarados responsables de un concurso que se saldará con la calificación de "culpable"; esto significa que se aprecia que en la generación o agravación del estado de insolvencia de Los Telares hubo dolo o culpa grave del deudor o, en este caso, de los administradores que asumieron el control.

A la espera de la sentencia del Juzgado de lo Mercantil de Oviedo con sede en Gijón que liberará a Julián Rus de cargas en la gestión de su antigua empresa, se espera que el juez cargue en ese mismo fallo todas las responsabilidades en el fondo de inversión suizo Gryphus Partners; en la firma usada por esa sociedad para gestionar Los Telares, Appaloosa; y en los responsables de ambas, Zahid Ali Hussain Kasim y Mairaj Taufiq. Esa es, al menos, la petición que suscribieron la administradora concursal y la Fiscalía.

Como se da el caso de que todos los antes citados no ejercitaron su derecho de defensa en el proceso de depuración de responsabilidades celebrado en el Juzgado Mercantil ni comparecieron el día de la vista, han sido declarados en rebeldía procesal y la Fiscalía solicitó que se dedujese testimonio de las pruebas aportadas el pasado martes en sede judicial por si acaso se pudiera derivar algún delito de su comportamiento.

Los antiguos trabajadores de Los Telares -la firma daba empleo en el momento de su cierre a 600 personas, 150 en Asturias- siguen, unos con pena y otros con indiferencia, estos últimos capítulos de la extinción de la que fue su empresa. Ya desmovilizados y cobrados en su momento del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) la parte correspondiente de los salarios atrasados, los exempleados más preocupados son los que agotarán el próximo mes de julio la prestación por desempleo y no tienen trabajo en perspectiva. Otros, en estos dos años, han rehecho su vida laboral y una minoría ha abierto tiendas.