Saint-Gobain acondiciona el horno para adelantar su restauración a antes del verano

La compañía había comunicado a la representación de los trabajadores su intención de reparar el float en octubre

Instalaciones fabriles de la compañía Saint-Gobain, en Avilés. | Mara Villamuza

Instalaciones fabriles de la compañía Saint-Gobain, en Avilés. | Mara Villamuza / Saúl Fernández

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Las decisiones que la dirección de la planta de Saint-Gobain Cristalería en Avilés se encaminan a adelantar la obra de restauración del horno ("float") de la factoría de La Maruca. Esto es lo que entienden los trabajadores consultados por este periódico y es que las labores de reparación requieren de una serie de preparativos que, usualmente, se llevan a cabo en las semanas previas al comienzo de las obras. Y eso es precisamente lo que está sucediendo estos días.

Los trabajadores interpretan que este adelantamiento de las obras de restauración podrían iniciarse antes del comienzo de verano. Esto supondrían, al menos, cuatro meses de adelanto sobre el plan comunicado a los representantes de los trabajadores.

La empresa y el comité tienen previsto reunirse la semana que viene para determinar precisamente eso: cuándo finalmente comenzarán las obras.

En todo caso, las dos partes están de acuerdo en que estas son necesarias. Los trabajadores, además, llevan meses reclamando que en lugar de una reparación del elemento principal de la fábrica lo que debería de programarse es una obra principal que supusiera el cambio del armatoste actual por uno nuevo. Este, sin embargo, no es el plan de la multinacional francesa que en Avilés fabrica vidrio para construcción. Los primeros salen de la planta de La Maruca con el nombre Sekurit mientras que los segundos tienen Glass como marca comercial.

Las razones que adujo la compañía para no meterse en obras mayores son tres. La principal es la indeterminación del combustible que tiene que alimentar el futuro "corazón" de la factoría, en estos tiempos de descarbonización, debe ser hidrógeno. Pero no está suficientemente desarrollado. O sea, que la multinacional considera que no se puede construir un horno nuevo si existe "incertidumbre" sobre cómo va a funcionar.

Otra de las razones para reparar el horno y no hacer uno nuevo tiene que ver con otras "incertidumbres", concretamente con las del mercado. La empresa multinacional es auxiliar del sector automovilístico, que lleva sufriendo caídas de producción continuadas tanto por el adelgazamiento del mercado desde la pandemia. Pocas ventas y pocos coches saliendo de las fábricas se traduce en pocos encargos de parabrisas.

La tercera razón que explica su renuncia a la construcción de un nuevo horno está en que la multinacional acaba de reparar el que tenía en la factoría de Porz, en Colonia, al norte de Alemania. O sea, que tiene uno a pleno pulmón.

El actual horno se instaló en 2008, tras el incendio de marzo que destruyó el anterior, que era de finales de los noventa. Los últimos apaños hechos en el armatoste en el que se funde arena para obtener vidrio fueron en el otoño de 2021. Entonces la empresa dijo que aquella intervención iba a alargar la vida útil de la infraestructura "cuatro años", pero serán menos al final a la vista de los movimientos detectados por los trabajadores. La restauración alarga la vida del orden "de tres o cuatro años".

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