Las grandes inversiones de la comarca avilesina exigen ya metalúrgicos especializados

El Ayuntamiento de Avilés, el centro de Formación Profesional público y los dos privados, la cantera de personal para los nuevos negocios

Un soldador en un tramo de torre eólica.

Un soldador en un tramo de torre eólica. / Miki López

Saúl Fernández

Saúl Fernández

El Ayuntamiento de Avilés a través del Servicio Regional de Empleo y los centros de formación privados de Asturauto, en Cancienes, y Escal, en la ría, han puesto en marcha una cantera singular: la formación de nuevos trabajadores que atiendan la demanda de las nuevas inversiones previstas para los próximos meses. En este sentido, hay dos destacadas: la puesta al día de los terrenos baldíos de la antigua Alcoa, en San Balandrán, y la explotación, «ex nihilo» (de la nada), de una concesión de suelo por parte de la Autoridad Portuaria del Musel. Estos dos proyectos necesitan de mucho más personal metalúrgico del que existe en la comarca actualmente; así lo creen en medios sindicales consultados por este periódico y también en medios empresariales. «La clave es tener personal con una formación mínima para poder entrar a trabajar. Hace tres años teníamos problemas porque los cursos que había no se llenaban, ahora tenemos lista de espera», confirmó Juan Carlos Guerrero, el concejal de Formación y Empleo del Ayuntamiento de Avilés

La multinacional Windar Renovables, que fue a la que la administración concursal de la compañía Alu Ibérica, adjudicó los terrenos y las naves de San Balandrán, no lo oculta: va a necesitar personal con experiencia y alta cualificación, además de jóvenes con formación en oficios y especialistas en tecnología, para desarrollar el proyecto que pretende hacer crecer en la orilla derecha de la ría. Y algo así le va a pasar a Dea Astúrica, la nueva filial de Daorje, la empresa que Miguel Zorita Lees ha creado para ampliar el camino de progreso de sus compañías explotando el negocio de la eólica marina. Dijo este jueves, en este sentido, que va a necesitar 300 empleados de manera directa para cumplir la meta que se han impuesto. ¿Avilés puede dar respuesta a esta demanda? El concejal de Formación y Empleo está convencido de ello.

«Para entrar en el sector del metal necesitas una formación mínima: la ideal es la que se consigue en los centros de Formación Profesional, pero es una formación de dos años que no todas las personas pueden afrontar. Hay personas que quieren reciclarse, pero no tienen dos años por delante que emplear en estudiar un ciclo formativo. Para esto existe la formación ocupacional, de la que hay dos tipos distintos. Con una obtienes los certificados de profesionalidad si tienes un mínimo de ESO y con la otra, la no conducente, donde la formación obligatoria no es precisa», explicó el responsable político avilesino. «En el territorio, en Avilés, ya damos respuesta a estos distintos certificados. Por el momento, en Asturauto y en Aluminios Escal, en la ría. Entre los dos centros están formando entre 160 y 170 personas al año en el sector industrial».

Natasha Lee, Toñi Puerta, Ana Braña, Juan Carlos Guerrero y María José López Bartolomé, ayer,  en Avilés.

Natasha Lee, Toñi Puerta, Ana Braña, Juan Carlos Guerrero y María José López Bartolomé, ayer, en Avilés. / Mara Villamuza

Los talleres pequeños de la comarca también han echado mano de las nuevas formaciones metalúrgicas, sobremanera, puestos relacionados con oficios especialistas: soldadores, tuberos... El miedo que se cierne sobre estas pequeñas empresas es que los grandes proyectos que se divisan en la lontananza sean la llave para los cambios de empresas.

«El problema inmediato va a ser dar respuesta al problema de la cobertura de estos puestos», admiten en medios sindicales. Se avecina una alta demanda de puestos especializados y el Ayuntamiento de Avilés y algunas empresas apuestan incentivar la formación de parados.

«Nosotros hicimos el año pasado seis o siete cursos de compromiso de contratación a los que acudieron alrededor de cien personas. Este año llevamos tres, el próximo miércoles iniciamos el cuarto y estamos cerrando el que será el quinto y quedan muchos por delante. Si todo va normal este año llegaremos a formar entre 120 y 150 personas. Hablo de lo nuestro, del Ayuntamiento, no de lo Escal o Asturauto. La idea que tengo yo es formar a 300 personas al año sólo en nuestro territorio, estos más los que aporte el instituto de Formación Profesional».

Según los planes de la multinacional Windar Renovables, cuando la nueva fábrica de San Balandrán funcione al cien por ciento lo hará con una plantilla de 500 empleados, de los que algo más de 400 deberán ser técnicos cualificados en los distintos procesos de producción. A ellos se sumarán, además, profesionales en nuevas tecnologías y en investigación y desarrollo (I+D). Esto será en el grupo Windar, pero se contemplan más de un centenar de empleos en la industria auxiliar y otros tantos en empresas de fabricación de estructura secundaria. Los de Dea Astúrica, si finalmente consiguen la concesión del Puerto del Musel, serán «unos 800 puestos indirectos».

La promesa de trabajo industrial –«Nos gusta la industria», determinó el jueves Miguel Zorita Lees cuando le tocó presentar su proyecto de eólica marina para los años que van de 2027 a 2030– requiere capacidad para la formación de personal. «La cantera ha empezado a producir», cierra Guerrero.

Tres testimonios de mujeres para facilitar el acceso al mercado laboral del momento presente

Toñi Puerta, que allá a comienzos de los setenta, cuando entró en la compañía «Candilejas», «después de mucho luchar», consiguió salvar el prejuicio de que las mujeres que se dedicaban al teatro «eran unas perdidas», confesó ayer en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés cuánto se divierte cuando dirige al grupo «Nova», que es una compañía de teatro formada por personas con enfermedades mentales, un desempeño al que ha dedicado ya más de veinticinco años de su vida.

Este de Puerta fue uno de los tres «Testimonios de vida de mujeres referentes asturianas» que se escucharon ayer por la mañana, el último capítulo de la octava edición del programa «Enfoca Talento», que cuenta con 16 participantes de las cuales ya siete ya se han insertado en el mercado de trabajo. Es decir, que esta última edición de este programa que impulsa el servicio de Formación y Empleo –entre enero y junio– ha colocado ya al 40% de sus participantes.

Pero no sólo habló la directora de «Nova». Ana Braña, que dirigió el área de Turismo de Gijón, y hace ahora lo propio en la fundación del hospital Centro Médico, demostró como de válido fue el camino que siguió para desarrollar su carrera. Dijo: «El otro día mi hijo el mediano me preguntó cuál había sido mi vocación y le tuve que decir que ninguna». Hubiera preferido estudiar Periodismo en Madrid, «pero no pudo ser». «Le dije a mi padre que en Oviedo Filología Clásica o Historia, pero mi padre propuso: Derecho o Económicas... y terminó gustándome Derecho. Lo único claro que he tenido siempre es que soy de Letras», explicó antes de extraer una enseñanza de esta falta de objetivo claro: «No te tienes que cerrar a nada porque la buena suerte es algo que te la tienes trabajar», aunque en ese trabajo vayan incorporados un montón de noes.

La idea del encuentro de ayer era que las personas paradas conocieran distintos caminos para alcanzar el éxito. El tercero de ellos fue el de Natasha Lee, que había sido jugadora de hockey patines antes de haberse convertido en entrenadora. En esta última encarnadura ha sido como ha obtenido la copa Intercontinental, el mundial de clubes. Explicó, en este sentido, «que tiene carácter de líder», que es el camino cierto para salvar la paradoja de que los puestos en las directivas de equipos femeninos de hockey estén ocupad por hombres. Tras el testimonio de las tres mujeres, llegó el tiempo de las preguntas. Y todas se encaminaron a descubrir el camino hacia el triunfo.

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