Kike Ferrador, una vida entera dedicada al balón

El entrenador de fútbol avilesino, que llevó a la S. D. Cancienes a ser campeón de Asturias, recibirá un homenaje en la pista donde tantas horas ha pasado

Kike Ferrador.

Kike Ferrador.

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Su DNI pone Enrique Fernández, pero todo el mundo lo conoce como Kike Ferrador. Su dilatada carrera como entrenador le ha llevado por casi todos los equipos de la comarca de Avilés; desde el Real Avilés hasta el Navarro, pasando por el Raíces. Pero su obra maestra, de la que está más orgulloso, la consiguió lejos de todos los focos, con los colores de la Sociedad Deportiva Cancienes. El técnico llevó a los benjamines de este conjunto directamente a la élite, quedando campeones de Asturias por encima de Sporting y Oviedo. De aquella plantilla salieron, además, cuatro jugadores que llegaron a jugar en Primera División. Todos de los alrededores de Cancienes. Ahora, el Ayuntamiento de Corvera recordará todo el trabajo de Ferrador dándole su nombre a la cancha donde tantas veces ha estado dirigiendo.

Kike Ferrador, junto a una portería de la pista deportiva de Cancienes. | N. M.

Kike Ferrador, junto a una portería de la pista deportiva de Cancienes. | N. M. / Noé Menéndez

"Cuando vine a vivir aquí vi que había muchos guajes. Bajábamos a un prao a jugar al fútbol e igual nos daban las diez de la noche", recuerda Ferrador sobre sus inicios en el mundo del fútbol. Eso sí, su amor por el deporte lo lleva en la sangre. Su padre, José Fernández Ferrador, fue campeón de España de atletismo en 1943 y da nombre a una de las calles cercanas a La Toba. Su tío se dedicó al fútbol y llegó a jugar en el Murcia y El Ferrol. "Es algo que he mamado desde pequeño", explica el avilesino, que rápidamente desarrolló su afición por el balón. "Cuando era un guaje hice un pequeño equipo en Llano Ponte, hicimos una rifa y todo para comprar las camisetas y jugábamos encima de los praos de la Feve", recuerda.

Nunca se planteó ser futbolista, pero quería seguir vinculado al fútbol. Por eso, cuando se mudó a Nubledo, contactó con el presidente de la Sociedad Deportiva Cancienes, que viendo su pasión decidió darle una oportunidad. "Yo siempre fui autodidacta, pero me tuve que sacar el carnet de entrenador para acallar a algunos padres", comenta Ferrador.

Su gran temporada llegó en la 81-82. Ferrador llevó al Cancienes a competir con los mejores de Asturias, consiguiendo que los niños que formaban parte del equipo benjamín se proclamasen campeones de Asturias. "En aquella época había dos grupos de benjamines, uno de la zona de Oviedo y otro de la zona de Gijón. Los de Oviedo no querían saber nada de venir a jugar aquí, decían que era como ir a jugar al pueblo", comenta el avilesino, que no olvida la final contra el Sporting. "Empezamos perdiendo 3-0, pero conseguimos empatar 4-4. Luego nos pudimos 5-5 y, en el último segundo, nunca se me olvidará, estaba arrodillado y Emilio disparó desde el medio del campo y metió un golazo", cuenta Ferrador.

Arriba, por la izquierda, Kike Ferrador, Iván García, Emilio Gutiérrez, Manel Menéndez, Suso Monjardín, Julio Iglesias y José Solís; agachados, Carlos Díaz, Víctor Cruces, Javi Bolaños, Dani Cardoso y Dani Otero.

Arriba, por la izquierda, Kike Ferrador, Iván García, Emilio Gutiérrez, Manel Menéndez, Suso Monjardín, Julio Iglesias y José Solís; agachados, Carlos Díaz, Víctor Cruces, Javi Bolaños, Dani Cardoso y Dani Otero. / N. M.

Ese Emilio era Emilio Menéndez, que, junto a Manel Menéndez, Julio Iglesias y Ovidio Bango fueron los cuatro miembros de ese equipo que llegaron a Primera División. "Se les veía que tenían mucho potencial, eran muy buenos. Se creó un gran grupo, aunque alguno nunca se acordó de esto", señala Ferrador. Eso sí, los cuatro guardan un gran recuerdo tanto del avilesino como de aquella época. "Es un homenaje merecido, estuvo toda una vida en el fútbol base", recuerdan los cuatro futbolistas, que se deshacen en elogios al que fue su entrenador. "Desde pequeño estuve con él, guardo un cariño muy grande hacía él, le deseó lo mejor y es algo muy merecido", señala Manel, mientras que Ovidio Bango destaca la "gran suerte de haber coincidido con un adelantado a su tiempo". "Una gran parte de la culpa de que mejorásemos tanto la tuvo Kike, creo un gran grupo de amigos que nos hizo progresar de una manera grande", señala Bango. Por su parte, Julio Iglesias confiesa que "solo tiene grandes recuerdos y experiencias" y que Kike "era una persona especial". "Es una persona que ha estado toda su vida dedicada a la cantera, al fútbol y que lo ha dejado todo por los niños", afirma el que fue portero. El autor de ese gol fundamental reconoció que "es como su padre deportivo". "Él me inculcó la afición por este deporte, siempre tiene que haber alguien que te meta el gusanillo del fútbol y él tuvo mucho que ver para que llegásemos a ser futbolista", sentencia Emilio Fernández.

Uno de los motivos que más enorgullece a Ferrador de este homenaje es poder vivirlo en primera persona. "Es todo un orgullo que se hayan acordado de mí, es un honor", confiesa el avilesino, que sigue vinculado con el fútbol y la cantera y, tras jubilarse de ser maestro químico en lo que ahora es Fertiberia, pasa las horas –muchas horas– viendo fútbol.

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