Inteligencia emocional laboral

La capacidad de un grupo en el desempeño del trabajo para generar o compartir un conjunto de normas que regulen el proceso emocional de cada uno de manera que cree confianza entre ellos

José López Antuña

José López Antuña

Las organizaciones se han dado cuenta de que la clave del éxito se encuentra en aquellas personas que conocen y dominan sus emociones y saben reconocer las de los demás. Por ello, las organizaciones buscan personas inteligentes a nivel emocional. Ante las candidaturas de dos personas con la misma formación académica las organizaciones se decantarán por aquella que tenga mayores competencias emocionales.

La competencia laboral es la competencia efectiva para llevar a cabo exitosamente una actividad laboral. La competencia laboral no es una probabilidad de éxito en la ejecución del trabajo, es una capacidad real y demostrada, adquirida basada en la Inteligencia Emocional que da lugar a un desempeño laboral y de trasladar el potencial de la IE al mundo laboral, transformándolo en competencias concretas.

Las competencias personales determinan el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos. Conciencia de uno mismo: conciencia emocional: ser conscientes de las propias emociones y reconocer su impacto; utilizar las sensaciones viscerales como guía para la toma de decisiones; valoración adecuada de uno mismo: conocer las propias fortalezas y debilidades; confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y de nuestras capacidades.

Autogestión: Autocontrol emocional: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos. Transparencia: sinceridad e integridad; responsabilidad. Adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los cambios y superar los obstáculos que se presenten. Logro: esforzarse por encontrar y satisfacer criterios internos de excelencia. Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión. Optimismo: ver el lado positivo de las cosas.

Las competencias sociales determinan el modo en que nos relacionamos con los demás. Conciencia social: Empatía: ser capaz de experimentar las emociones de los demás, comprender su punto de vista e interesarnos activamente por las cosas que les preocupan. Conciencia de la organización: capacidad de darse cuenta de las corrientes, redes de toma de decisiones y política de la organización. Servicio: capacidad para reconocer y satisfacer las necesidades de los subordinados y los clientes. Gestión de las relaciones: Liderazgo inspirado: capacidad de esbozar visiones claras y convincentes que resulten altamente motivadoras. Influencia: utilizar un amplio abanico de tácticas de persuasión. Desarrollo de los demás: saber desarrollar las habilidades de los demás mediante el feedback y la guía adecuada. Catalizar el cambio: alentar, promover y encauzar el cambio en una dirección. Gestión de los conflictos: capacidad de negociar y resolver los desacuerdos. Establecer vínculos: cultivar y mantener una red de relaciones. Trabajo en equipo y colaboración: cooperación y creación de equipos.

La IE grupal es la capacidad de un grupo para generar o compartir un conjunto de normas que regulen el proceso emocional de manera que cree confianza, identidad grupal y eficacia de grupo. El Cociente Intelectual grupal es elevado cuando la IE es inductora de la armonía social del grupo. Es esta capacidad de armonizar la que hará que un equipo de trabajo sea especialmente productivo y eficaz. Las tres características para que un equipo sea efectivo son: confianza entre los miembros; sentido de identidad de grupo; sentimiento de efectividad de grupo.

La organización también debe favorecer un clima laboral en el que puedan desarrollarse las competencias emocionales.

Las organizaciones, con su política y su gestión, también pueden favorecer el desarrollo de las competencias emocionales de sus empleados/as siendo abiertas al aprendizaje, alta participación del personal y directivos/as capaces de inspirar confianza.

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