El historiador y arqueólogo ovetense Francisco José Fernández Riestra aprovechó ayer su intervención en la charla "Fuentes y lavaderos tradicionales en el concejo de Grau", que se celebró en la Casa de Cultura en el marco de las VII Jornadas de estudios locales, para dar un "toque de atención" al equipo de gobierno municipal ante el abandono que sufre la fuente de San Pelayo, una de las más importantes del concejo, a juicio de este experto. Aunque entiende que "todo lleva un proceso", Fernández criticó que dicho elemento etnográfico llevase ya dos años desmontado en una finca de la localidad de Peñaflor ante el riesgo de expolio que sufre. "Las piezas están en un prao situado a las afueras del pueblo, no en el centro, por lo que cualquiera puede robarlas", advirtió para pedir a continuación un cambio en su ubicación.

La fuente de San Pelayo, que data del siglo XVIII (aproximadamente del año 1788) y es uno de los únicos veinte elementos que hay en la región relacionados con los caminos reales, tuvo que ser desarmada a raíz de las obras de ensanchamiento de la carreta de entrada a la villa de Grado, conocida como recta de Peñaflor. Esa ampliación en el trazado del vial afectó también a otra fuente, pero que, a diferencia de la de San Pelayo, ya ha sido colocada en el área recreativa de Vega de Anzo.

En relación a ello, el alcalde del Ayuntamiento de Grado, Antonio Rey, indicó ayer que el objetivo es restablecer esta joya patrimonial "lo antes posible". Por su parte, el concejal de Desarrollo Local y Medio Ambiente, José Manuel Puente, comentó también que la idea es utilizar la partida del 1% que Aquagest, la empresa que gestiona el agua en el concejo, tiene reservada para asuntos de carácter medioambiental y cultural. De hecho, "ésa fue la propuesta que hicimos hace un año, pero que al final se dejó pasar y no se llevó a cabo", apuntó el edil. Con respecto al emplazamiento donde será colocada, Puente adelantó que será en Peñaflor y en un tramo del Camino de Santiago.

Al margen de ello, la charla de ayer protagonizada por Francisco José Fernández, coautor además del catálogo urbanístico de Grado, sirvió para poner de relieve el papel tan importante que juega el concejo en el patrimonio cultural asturiano. Prueba de ello es que en el municipio hay más de medio centenar de fuentes y lavaderos de gran valor arquitectónico. La mayoría concentrados en los valles de la zona sur de Grado, donde en el pasado hubo un gran número de canteros profesionales. Sirven como ejemplo las poblaciones de Santianes de Molenes, Villamarín, Ambás, Villagarcia y Sorribas, entre otras. No obstante, tampoco hay que olvidar el resto de elementos etnográficos que fueron construidos gracias a los colectivos americanos y, por supuesto, las fuentes de abastecimiento de agua más modernas, como es el caso de la de Abajo, de 1796 y situada en la villa de Grado.

Todas ellas son, según Fernández, construcciones muy valoradas por la población y que sin embargo sufren una cierta desatención por parte de la Administración. Además, afirmó el arqueólogo, su mantenimiento es económico. "A veces vale con una simple limpieza, así que estamos obligados a que en la medida de lo posible cuidemos estas joyas", concluyó.