El asesinato cometido en la madrugada de hoy en Lugones no será juzgado bajo el amparo de la Ley Integral contra la Violencia de Género. En este caso (y a pesar de que el hombre asesinado y la presunta agresora habían mantenido en su día una relación sentimental que nadie niega), el fallecido es un hombre, por lo que no pertenece al grupo vulnerable que se intentaba proteger con la regulación aprobada en su día por el gobierno presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Ana García Hevia confesó el crimen poco después de cometerlo. “He matado a Michel”, le dijo la chica a sus padres poco después de acabar con la vida de su expareja en el domicilio de sus progenitores. A pesar de que hasta el lugar de los hechos se desplazaron sanitarios de emergencias médicas los facultativos no pudieron hacer nada por salvarle la vida a Miguel Ángel Suárez. La víctima, de 57 años, tenía una herida profunda en la garganta.

Ahora, en caso de que Hevia vuelva a confesar los hechos ante los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que investigan los hechos, la chica podrá ser juzgada por la comisión de los delitos de homicidio o de asesinato (un caso este último que se daría si el juez contemplasen la existencia de agravantes como por ejemplo la alevosía o el ensañamiento). A la pena impuesta también se le podrían añadir otros agravantes como el parentesco por lo que la condena sería similar a si se aplicase la ley de Violencia de Género.