Multitudinaria despedida en Grado al empresario Vidal Fernández, "dispuesto siempre a abrir sus manos generosas para ayudar a los demás"

"Tenía un corazón tan grande que no le cabía en el pecho", afirma Carlos González, nieto del industrial moscón, que agradece las muestras de cariño recibidas por la familia

Los nietos e hijos de Vidal Fernández portan su féretro al interior del templo parroquial de Grado.

Los nietos e hijos de Vidal Fernández portan su féretro al interior del templo parroquial de Grado. / Sara Arias

La iglesia de San Pedro de Grado se quedó pequeña este lunes para despedir al empresario moscón Vidal Fernández Fernández, fallecido el pasado domingo en su casa de la villa a los 81 años de edad. La masiva asistencia al funeral dio cuenta de cómo era, también en lo personal, este prolífico emprendedor del concejo, dedicado principalmente a los sectores inmobiliarios y del juego. Vecinos, amigos y empresarios dieron su último adiós a Vidal, persona muy querida. Su familia agradeció el apoyo y cariño que han recibido estos días.

"Queremos dar las gracias de todo corazón a todo el pueblo de Grado, amigos, conocidos, presentes en esta eucaristía y a los que no han podido venir y nos han reconfortado y abrumado con tanto cariño durante estos días", expresó su nieto, Carlos González Fernández, al término del oficio religioso. "Se nos va físicamente una persona muy querida, con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho, un conversador nato, siempre positivo con su sonrisa y palabra amable", añadió.

Así le recordará siempre el también empresario moscón, Fernando Tarrazo, quien despidió con mucha tristeza a su amigo del alma. "Como persona era lo mejor, fue una vida juntos", afirmó. El industrial rememoraba tras el funeral su infancia en los pueblos de Alvaré y La Caridá, tiempo en el que Vidal ya mostraba su carácter emprendedor. "Pagaba un perrón por cada casquillo de bombilla y 10 céntimos por cada vaina de bala a sus compañeros de la escuela", rememoró. "Igual que era de hombre era de pequeño, toda la vida lo conocí así", resumió Tarrazo. Además, una vez jubilados y con sus mujeres, hicieron muchos viajes por el mundo del que le quedan gratos recuerdos.

El nieto del finado también aludió a ese carácter bondadoso y amigable. "Dispuesto siempre a abrir sus manos generosas para ayudar a los demás, aconsejando con la verdad y el compromiso por delante", indicó. Además, le definió como un "trabajador incansable desde muy joven, muy amante de su familia y colaborador con el bienestar de todo su pueblo".

Esa faceta altruista la subrayó también el vecino y empresario moscón Pepín Álvarez: "Ayudaba a todo el que podía, a todo el mundo. Era una excelente persona". El constructor Alfredo Estrada, que ha trabajado en numerosas ocasiones con Vidal, indicó que "le daba igual quien fueses, miraba a todos igual, un hombre humilde que ya podía haber muchos como él".

También el exalcalde de Grado Antonio Rey lamentó la pérdida "de una gran persona, afable, bondadoso, que hacía favores a todo el mundo a cambio de nada". Y Pepe Areces, "Linos", estudioso del concejo y autor del libro "Grao: Cien años de comercio, industria, ferias y mercados" ensalzó su figura profesional como "un emblema". "Además, todo lo que ganó lo invirtió en su mayor parte aquí. En contra de otros que lo hicieron fuera, él siempre lo hizo en beneficio de Grado".

En la intervención de su nieto, también se refirió a la faceta empresarial de Vidal, persona que consiguió llevar a buen puerto multitud de negocios de diversa índole y siempre cosechando el éxito. Le glosó como "un empresario emprendedor" para agregar a renglón seguido que "ante todo, era una gran persona, con su carácter cercano y bondadoso".

Grado dijo adiós a Vidal con tristeza y acompañando a su familia en esta dolorosa despedida. Como concluyó su nieto Carlos: "Nos sentimos tristes, pero seguirá vivo en nuestro corazón para siempre por todo lo bueno vivido a su lado, los buenos recuerdos ampliados con todo lo que nos habéis dicho de él estos días".