La amplia deuda (diez millones de euros) y los problemas para refinanciarla fueron los factores que condenaron al cierre al grupo vasco a B2B, la compañía tecnológica que cesó su actividad en San Martín del Rey Aurelio, dejando en la calle a medio centenar de trabajadores. La situación de la firma -con una plantilla de 115 empleados en Asturias y Vizcaya- se fue agravando y entró en un punto sin retorno el otoño pasado, cuando la negociación con los bancos para aplazar el pago de la deuda saltó por los aires en el último momento. Según los datos de los administradores concursales, 8 de los 10 millones de deuda corresponden a la sede central del País Vasco y los otros 2 a las dependencias de San Martín. La marcha de B2B, la única firma instalada hasta ahora en el edificio TIC del pozo Entrego, deja vacía la instalación a la espera de la llegada del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN). Incluso hay un cartel informando de que el centro permanecerá cerrado temporalmente.

La construcción del centro TIC supuso un desembolso de 5,6 millones de fondos mineros. La estimación inicial era llegar a albergar más de 400 puestos de trabajo, aunque sólo B2B llegó a ocupar parte de sus oficinas, con una plantilla que llegó a alcanzar las 70 personas. "En marzo ya hubo un ERE temporal y parte de la gente se marchó", indicó ayer Félix Díez, delegado de CC OO en la firma de Ingeniería y Mejora de Procesos (IMP), filial de B2B. "Cuando se cerró la actividad éramos unos 50 trabajadores, 40 de IMP y otros 10 adscritos directamente a B2B".

Díez negó que la caída de la carga de trabajo fuera el detonante principal de la caída de empresa. "El ERE temporal ni siquiera llegó a ejecutarse al 100 por ciento porque seguía habiendo proyectos. El problema ha sido el descontrol financiero, los impagos de los clientes y la gestión de los proyectos, aveces caótica", apuntó Díez que, además, remarcó que la crisis de Fagor (uno de los clientes más importantes de B2B) no fue un factor determinante para el cierre de B2B: "Los cobros pendientes sumaban un millón de euros y la cantidad adeudada por Fagor podía suponer una cuarta parte aproximadamente. No creo que sea suficiente para tirar abajo a una empresa".

Díez aseguró que, según los datos facilitados a la plantilla, la deuda total del grupo empresarial no era tan elevada y rondaba los seis millones. En cualquier caso, las frustradas negociaciones para refinanciarla fue, en último extremo, el desencadenante de la quiebra de B2B. "Había un acuerdo casi hecho con los bancos acreedores (una docena aproximadamente) para ampliar los plazos de la deuda. En el último momento Cajastur se echó atrás y el acuerdo se rompió porque los demás bancos no quisieron asumir esa parte pendiente, que era mínima, de pocos miles de euros", subrayó Díez.

El representante de CC OO relató que "ante esa situación de insolvencia financiera" los acontecimientos se precipitaron y acabaron en el proceso concursal, que finalmente derivó en "un ERE de extinción de empleo para toda la plantilla", a la que se adeudan cuatro mensualidades.