Mieres perdió ayer a uno de los últimos custodios de su memoria industrial. Florentino Romero falleció a los 89 años dejando huérfana a una generación de investigadores locales que han logrado reconstruir el pasado ferroviario de la comarca gracias a la entusiasta y erudita colaboración del que fuera jefe del parque de transportes del Batán. La participación de Romero fue clave, por ejemplo, para la creación del Museo del Ferrocarril de Asturias, finalmente ubicado en Gijón pese al ahínco que puso Romero para que se instalara en Mieres. Nacido en el seno de una familia que sufrió con dureza la represión, entró de niño a trabajar en el ferrocarril minero Nicolasa-Llamas. Desde abajo, acabaría convertido en la figurada más significativa y respetado dentro de Hunosa a nivel ferroviario. Con el declive de la minería, su desempeño fue clave para salvar gran cantidad de máquinas y vagones históricos.