Lección magistral de Hevia a los estudiantes de El Entrego

El gaitero charló sobre su vida y obra con los alumnos del colegio Sagrada Familia y tocó varias piezas acompañado por su hermana

José Ángel Hevia toca la gaita acompañado por su hermana, María José, al tambor, en el colegio Sagrada Familia de El Entrego. | Fernando Rodríguez

José Ángel Hevia toca la gaita acompañado por su hermana, María José, al tambor, en el colegio Sagrada Familia de El Entrego. | Fernando Rodríguez / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

“Aún no he llegado a mi meta en la música”. José Ángel Hevia, probablemente el gaitero que más fama mundial ha alcanzado, con permiso de Carlos Núñez y Fred Morrison, aún tiene fuelle. Al menos eso es lo que les dijo ayer al casi centenar de alumnos de sexto de primaria y de primero y segundo de la ESO del colegio Sagrada Familia de El Entrego, en San Martín del Rey Aurelio.

Los Hevia con alumnos y profesores. |  F. R.

Los Hevia con alumnos y profesores. | F. R. / David Orihuela

La profesora de asturiano del centro, Vanessa Antolín, pensó que presentarles a los chavales a una figura de la trascendencia de Hevia les ayudaría a entender la importancia de la cultura tradicional asturiana. Así que contactó con María José Hevia y los hermanos se plantaron ayer en el centro del polideportivo del colegio para responder a las preguntas de los alumnos, que fueron muchas.

En esa entrevista coral de una hora de duración hubo tiempo para todo. El gaitero se sinceró, motivó a los chavales y hasta hizo un llamamiento a los “youtubers”. También firmó discos. Martín Velasco y Victoria Iglesias, de sexto de primaria, le pidieron que estampase su rúbrica en dos de sus trabajos, así quedarían de recuerdo para el colegio.

Buena parte de las preguntas eran sobre el gran éxito de Hevia, la gaita digital. El músico les explicó que se había inspirado en un teclado electrónico y que todo se impulsó cuando comenzó a trabajar con samplers. “Hace 25 años me planteaba cosas y no las podía hacer con la gaita tradicional, así que inventamos la electrónica. Más que una innovación era una necesidad de tener una herramienta para hacer esas cosas a las que no llegaba con la gaita tradicional”, explicó. Y reveló, a grandes rasgos, el proceso de construcción que comenzó “con los sensores de una máquina tragaperras que nos permitieron comunicar la gaita con la tarjeta de sonido de un ordenador”. Eso sí, la cosa no se quedó ahí “y sigo trabajando en la gaita electrónica porque la tecnología avanza muchísimo y ya no tiene nada que ver la gaita electrónica que utilizaba hace 25 años con la que uso ahora en los conciertos”.

Esos conciertos han llevado a Hevia por todo el mundo, y eso también interesó a los alumnos, que más que los viajes querían saber “¿qué se siente al llevar la música asturiana por el mundo?”. Ahí el gaitero abrió dos frentes. Por un lado explicó que “te sientes muy bien al poder vivir de la música, que no es fácil, y mucho menos ahora, que hay muchos y muy buenos músicos y cada vez es más difícil vivir de ello”. Por otro lado está la sensación “muy interesante” de presentar la música asturiana en distintos lugares. “Por ejemplo en Andalucía te acompañan con las palmas pero en Japón, uno de los sitios más curiosos para tocar, el público se queda parado, parecen estatuas y cuando acabas de tocar te aplauden durante media hora, ese silencio mientras tocas es su forma de mostrar respeto”, detalló. Hevia cree, además que “al ser música tradicional tiene conexión con todos los países del mundo”.

Los chavales se interesaron especialmente por dos de los trabajos de Hevia. “Obsesión” (2008) y “Tierra de nadie” (1998). “Hay veces que durante años no te vienen ideas”, reconoció, y cuando llega algo que consideras bueno “te pones a hacer un disco y te vuelcas tanto que se convierte en una obsesión, de ahí el título de ese disco”, explicó. Respecto a “Tierra de nadie”, “fue el trabajo que me permitió vivir de la música desde el escenario, antes lo hacía como maestro”. Ese disco, grabado con la multinacional Emy, fue un éxito de dimensiones estratosféricas y se vendieron dos millones y medio de copias. De todos modos, su mayor premio lo obtuvo tocando en una residencia de ancianos en República Dominicana. “Había una señora de origen asturiano, estaba en silla de ruedas, casi en estado vegetativo, no respondía a ningún estímulo y cuando María José y yo empezamos a tocar un xiringüelu, se levantó e hizo ademán de ponerse a bailar, ese ha sido mi mayor premio”, recordó el artista.

La gaita no tiene ahora la repercusión que llegó a darle Hevia, así que pidió “que los ‘youtubers’ hablen de ella”.

Y para cerrar, la muñeira de Remis, el gran maestro. “Es la canción que yo escuchaba con mi güelu en la radio cuando tenía 10 años y es la que me hizo ser gaitero”. Tal vez algún niño ayer llegase a casa y se pusiese a ver en youtube vídeos de gaiteros.

Suscríbete para seguir leyendo