Los vecinos critican el mal estado de la carretera de La Nueva

La vía, afectada por un argayo a principios de diciembre, abrió el lunes al tráfico, “pero con muchos baches” en la calzada

Dos vehículos circulan por la carretera de La Nueva, ya abierta. | L. M. D.

Dos vehículos circulan por la carretera de La Nueva, ya abierta. | L. M. D. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Tuvieron que esperar casi tres meses para poder circular sin restricciones por la carretera que une su pueblo, La Nueva, con el resto del valle del Nalón a través de Ciaño y Sama, pero los vecinos siguen teniendo que conducir con mucho cuidado.

El derrumbe de una escombrera a principios de diciembre provocó que la vía permaneciese cerrada totalmente durante semanas y que luego se pudiese circular solo en unos horarios determinados. El lunes a última hora de la mañana, el Principado abrió al tráfico sin restricciones la carretera LA-7. Aún así, los vecinos denuncian el mal estado de la calzada, “que está llena de baches”.

La gran preocupación de los vecinos está además en el origen del daño, la escombrera que se vino abajo y que se llevó por delante las carreteras LA–7 y LA–8. “El problema sigue ahí”, denunció ayer el alcalde del barrio de La Nueva, Tomás Hernández, que explica que “hasta que no se drene la escombrera no se habrá solucionado el problema”.

Los vecinos ya han denunciado en numerosas ocasiones el problema que supone para La Nueva las dos escombreras que hay en el pueblo. Una de ellas cortó la carretera de acceso a la localidad cuando se derrumbó tras unos días de intensas lluvias. La otra, más cercana al pueblo, amenaza varias viviendas, según explican los vecinos.

En La Nueva recuerdan que el desplazamiento de la escombrera, que el 9 de diciembre del año pasado cortó la principal vía de acceso a su pueblo, no es nada nuevo: ya ocurrió hace 40 años. Así que piden soluciones definitivas. La montaña de escombros de una antigua explotación minera fue vendida hace años por Hunosa a un empresario sidrero.

Los vecinos piden que se estabilice definitivamente la ladera para evitar nuevos desplazamientos. Eso pasa por drenar la escombrera y así lograr que el terreno se compacte y evitar acumulaciones de agua que en época de lluvias pueden provocar nuevos deslizamientos. En La Nueva apuntan que están en pleno valle de Samuño, con el Ecomuseo minero como uno de los principales atractivos turísticos de la Cuenca del Nalón. Piden que no solo se cuide el museo, con sedes en El Cadavíu y en La Nueva, con el pozo San Luis, sino todo el entorno.

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