Los días en blanco de Felechosa: La difícil subsistencia de los negocios sin la llegada de la nieve

Hostelería, hotelería y tiendas especializadas en esquí sobreviven con serias dificultades a la espera de que abran las estaciones de esquí

Andrés Velasco

Andrés Velasco

A escasos kilómetros de comenzar la subida de la vertiente allerana del puerto San Isidro se ubica la localidad de Felechosa. Es quizá, en el Alto Aller, el pueblo en el que en invierno más crece su población. Su cercanía a las estaciones de esquí de Fuentes de Invierno y de San Isidro le ha valido para ser un polo de atracción cada invierno. Sin embargo, esta temporada siguen esperando la nieve. Y los negocios que viven de este sector están con el agua al cuello. Y aunque el blanco nieve es su color favorito, pasarse los días en blanco, en ocasiones sin un solo cliente, no es tan agradable.

Son las once pasadas de un sábado del mes de enero, puente de la festividad de Reyes, y temporada alta en lo que a las estaciones de esquí se refiere. Un momento en el que la carretera de Felechosa bien pudiera ser hermana pequeña de la M-30 en hora punta. Sin embargo, el tráfico es prácticamente inexistente. Apenas algún vecino o algún transporte de reparto. Las calles, en una ventosa mañana, también con muy poca gente. Y, desde luego, esquiadores cero. Poco antes del cartel que indica la entrada "oficial" a Felechosa se sitúa la tienda de alquiler "Telesquí". Detrás del mostrador, José Abel Martínez revisa material y pedidos, ya que en ese momento, no hay ni un solo cliente. "Sin nieve apenas hay nada, y eso que a nosotros nos ha ido bien con las navidades, pero a partir de ahora, volveremos a la rutina de no tener casi clientes hasta que empiece a nevar", apunta el joven, natural de Caborana. Explica Martínez que la tienda de alquiler en la que trabaja, subsiste "gracias a los clientes asturianos que van a esquiar fuera, pero que siempre compran aquí el material". "Eso nos ayuda un poco, pero alquileres de material cero mientras estén las estaciones cerradas", apunta. Poco después, se acerca al taller, donde se dispone a encerar una tabla de snowboard que un cliente le había dejado para ir preparando la temporada, pese a que no haya nieve. "Al final dependemos de las nevadas, y este año no está habiendo suerte", dice.

José Baquero ajusta el pie de una clienta a la que prepara unas plantillas especiales. | A. Velasco

José Baquero ajusta el pie de una clienta a la que prepara unas plantillas especiales. | A. Velasco

No es el único en esa situación. Otra de las tiendas de venta y alquiler de material de esquí de Felechosa, "Skimal", también afronta unos meses complicados. "Estamos casi a pérdidas, y se subsiste poniendo dinero de nuestro bolsillo, ya que hay días que no viene nadie a la tienda", apunta José Baquero. Justo en ese momento si hay unos clientes en el interior de la tienda, que se están haciendo unas plantillas a medida para las botas de esquí. Pero ellos, confiesa el dueño del establecimiento, "son los primeros desde las diez de la mañana, y puede que los únicos de hoy". Confía en que pronto llegue la nieve, porque "igual que el año pasado fue excepcionalmente bueno, este está siendo excepcionalmente malo". Baquero, visiblemente indignado con el trato de la administración, reclama más inversiones para Fuentes de Invierno, "donde son necesarios los cañones de nieve y unirlo con San Isidro, pero vemos que no se hace nada". "Si nieva bien, y si no, te aguantas", finaliza resignado.

Nieves Suárez-Arias Cachero revisa la ocupación de las habitaciones en la recepción de "El Rápido". | A. Velasco

Nieves Suárez-Arias Cachero revisa la ocupación de las habitaciones en la recepción de "El Rápido". | A. Velasco

Hostelería

Si los alquileres pasan los días en blanco, la hostelería, sobre todo los alojamientos, también sufren la ausencia de nieve. A la entrada de la localidad allerana se encuentra "Casa El Rápido", un negocio que abría a comienzos de la década de los 2000, cuando aún no existía ni Fuentes de Invierno. Cuenta con el hotel y un restaurante solo para clientes, además de un pequeño supermercado. Todos los negocios notan la falta de turistas. "En el hotel hemos tenido cancelaciones todo el mes de diciembre, ya que sin nieve la gente no viene, y estamos teniendo que reubicar y cancelar a los colegios que venían para la Semana Blanca, y que con la estación cerrada es inviable", apunta Nieves Suárez-Arias Cachero, directora de "El Rápido". "Aquí sin nieve no hay nada, no se puede hacer nada, no hay una actividad alrededor como ocurre en otros lugares de esquí", señala la hostelera. También explica que en el supermercado, que los alojamientos y los apartamentos estén vacíos, se nota mucho: "Nosotros somos una tienda que en el día a día recibe a vecinos, pero en temporada de esquí está lleno el supermercado". Además, Suárez-Arias Cachero también indica que el efecto llega hasta el empleo, ya que "en esta situación, la gente que íbamos a contratar en temporada, un par de personas, pues todavía no la podemos tener, porque no es viable".

Pablo Fernández prepara un café a unos clientes en su bar. | A. Velasco

Pablo Fernández prepara un café a unos clientes en su bar. | A. Velasco

Una situación que corrobora también otro negocio hostelero, ubicado a escasos metros, pero en la acera contraria. Se trata del "Café-Bar Nevada", donde Pablo Fernández atiende tras la barra a unos clientes. "Ahora nos queda vivir del café de la gente del pueblo, porque sin esquiadores no tenemos nada, no hay nada que haga que venga la gente", dice, para confesar que mirar los partes de nieve se ha convertido en una obsesión: "Ya lo hacemos más de una vez al día". Sobre el empleo, indica que durante la temporada de esquí "necesito dos o tres empleados conmigo para poder atender a toda la demanda, porque sino se hace muy difícil poder atender a toda la gente". Sin embargo, ahora no hay nadie con él en la cafetería. "Esperemos que nieve pronto, porque hay que tener en cuenta que no siempre nevará en noviembre, es complicado aguantar", confiesa.

Un fuerte viento siembra gotas de agua por Felechosa. Pero de momento, ni rastro de la nieve. Todos miran al cielo. Y al parte, y esperan que aunque no haya habido blanca navidad, pronto las pistas se llenen de copos. Y los bares, de copas.

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