Mieres homenajea a Florentino Romero, el guardián de las locomotoras asturianas

Amigos, familiares y el Ayuntamiento colocan una placa en su honor en la antigua estación del Vasco: "Su pasión era mantener el patrimonio ferroviario"

Dicen que Florentino Romero siempre tenía una sonrisa en la cara. La muestra en todas las fotos, aún más amplia cuando posa junto a una pieza del patrimonio ferroviario de las Cuencas.

Eso, mantener viva la historia de los trenes industriales y también de pasajeros en las Cuencas -sobre todo en la de Caudal-, era el motor que le movía. También sus amigos y familiares que, junto al Ayuntamiento de Mieres, le han rendido hoy un sentido homenaje. Este mediodía, han instalado una placa en su memoria en la antigua estación del Vasco: "En homenaje a Florentino Romero García (1931-2021), quien nos guió por las vías de nuestra historia. Principal artífice de la salvaguarda de nuestro patrimonio ferroviario. Maestro y ejemplo para quienes aquí dejas", reza la inscripción.

Palabras emocionantes para un acto emocionante. Tanto que al director del Museo del Ferrocarril, Javier Fernández, le tembló la voz cuando tomó la palabra: "Florentino Romero es un símbolo de muchas cosas. Sobre todo, es un símbolo de la gente que no quiere figurar y hace nuestra historia. Fue un firme defensor del patrimonio, es importante que Mieres le corresponda", ha señalado. Y ha destacado que "gran parte de las piezas que hoy tenemos, incluso esta estación (la antigua estación del Vasco de Mieres), se han conservado gracias a él". Se ha preguntado qué diría Romero si hubiera estado presente en ese homenaje: "Seguro que diría que no lo merece y, precisamente por eso, lo merece más que nadie".

Eso pensaron sus amigos. Florentino Romero fue trabajador de Fábrica de Mieres. Cuando la empresa se disgregó, pasó a Hunosa. Desarrolló labores ferroviarias ligadas a la minería, pero nunca relacionadas con el transporte de mercancías o personal. Además, participó durante muchos años en el tertulia "Mieres del Camín", impulsada por otro enamorado del concejo, también ya desaparecido, el periodista Amadeo Gancedo. De aquel grupo ya solo quedan sus dos integrantes más jóvenes, José Ramón Viejo y Chema Castillo. Los dos han llevado sobre sus hombros buena parte de la organización del evento. "Es muy emocionante, estamos muy agradecidos", ha señalado Elisa Romero, hija del homenajeado, momentos antes de descubrirse la placa.

"Es de justicia estar hoy aquí", ha señalado el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez. Y ha añadido que "a veces nos olvidamos de dar un sitio de honor a las personas como Romero, a los que cuidan de su tierra. A veces homenajeamos antes a gente de lejos, sin recordar la valía de los que tenemos al lado". Tras estas palabras; el nieto de Romero, Rubén Menéndez, ha descubierto la placa.

En una discreta segunda fila, ha seguido el acto Magdalena Grilo, la viuda. Finalmente, se ha dejado fotografiar delante de la placa: "Le hubiera gustado, el cuidado y la recuperación del patrimonio siempre le acompañaron", ha comentado emocionada. No en vano, fue el responsable del mantenimiento de seis grandes máquinas -ahora en el Museo del Ferrocarril o recuperadas por la antigua Feve-, de edificios como la estación del Vasco, de placas y otros valiosos elementos antiguos que habrían acabado en desguaces de no ser por él. También recuperó documentos, que guardó con mimo.

"Yo a veces le preguntaba; 'Romero, ¿Qué haces?' Pero ya me sabía la respuesta", sonrió nostálgica su viuda. Estaba, con total seguridad, trabajando por el patrimonio.

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