Milicianos, un minero y un perito: así eran los dieciséis mierenses que sufrieron el horror de los campos nazis

Solo siete de las personas identificadas lograron salir con vida de allí: "Hay discursos peligrosos que debemos frenar"

Sergio Gutiérrez se dirige a los asistentes al acto. | A. Velasco

Sergio Gutiérrez se dirige a los asistentes al acto. | A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

"Nosotros vivimos 24 horas al día para velar por la memoria". Son palabras de Loli Gutiérrez, portavoz de la Federación Asturiana de Memoria y República (Famyr), minutos después de participar en el homenaje que el Ayuntamiento de Mieres quiso brindar a las víctimas del Holocausto nacidos en Mieres. Una jornada en la que la propia Gutiérrez, junto a la edil socialista Gloria Muñoz, y el concejal de Memoria Democrática, Sergio Gutiérrez, leyeron un manifiesto para recordar a las víctimas y trazar la figura de los 16 mierenses que se han conseguido identificar, 15 hombres y una mujer. Solo siete salieron vivos de los campos.

Una labor de investigación, explica Loli Gutiérrez, que "es muy complicada, muy dura. Dependes de los historiadores, de que las administraciones te dejen acceder a la información, del boca a boca... Es difícil". Mientras, el edil Sergio Gutiérrez explicaba que "la liberación progresiva de los campos de concentación nazis puso de manifiesto una realidad desoladora, en la que nadie se podía imaginar el grado de deshumanización, horror y maltrato al que habían sido expuestos millones de personas de las diferentes naciones de Europa". Una situación que nadie desea que se vuelva a repetir, por lo que, añadió "es muy importante no solo recuperar sino también divulgar los hechos que sucedieron". "Hay discursos muy peligrosos y es necesario frenarlos con pedagogía", finalizó Gutiérrez.

Las 16 víctimas, identificadas gracias al trabajo de investigación del "Grupo de Deportados Asturias ", a las que se recordó con un emocionante minuto de silencio, en el marco del Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto, fueron:

José Sánchez Llaneza. Nació en Mieres el 1 de marzo de 1905, fue minero en Asturias y después atravesó la frontera a Francia. Fue detenido durante la ocupación alemana y deportado a Mauthausen, el 25 de enero de 1941. Fue marcado con el número 6.166 y a los pocos meses llegó a Gusen, con otro número identificativo el 11.457. El 12 de diciembre de 1941 falleció.

Alberto Magdalena Forcelledo. Natural de la localidad de Ujo, nacía el el 6 de abril de 1905 en Ujo. También fue minero y militante del PCE y del sindicato UGT. Se alistó voluntario en las filas republicanas durante la Guerra de España. En 1937 resultó herido en combate. Fue detenido e ingresó en el campo de concentración de Vernet, desde donde fue trasladado hasta Dachau, en el convoy conocido como el "tren fantasma", en 1944. Este mierense falleció a unos días antes de ser liberado el campo de concentración, debido a una neumonía, en 1945.

Ramiro Fernández León. Nació el 28 de marzo de 1910 en la localidad de Cardeo. Militó en las Juventudes Socialistas Unificadas y combatió en las milicias republicanas desde casi el inicio de la contienda bélica. Cruzó los Pirineos, en la retirada de los republicanos y, en Francia, en el año 1940, él y otro grupo de españoles que se encontraban en Les Alliers, fueron capturados por los alemanes y deportados, en el llamado "convoy de los 927", bautizado así por ser el primer convoy en trasladar prisioneros de Europa Occidental con 927 españoles a Mauthausen. En el campo de concentración trabajó como carpintero, pero cinco meses más tarde fue trasladado a Gusen. Finalmente fue asesinado en las cámaras de gas junto con más prisioneros españoles en el Castillo de Harteim.

José Martínez González. Natural de la localidad de Bustiello, nacido el 17 de enero de 1914 , estudió en las escuelas de La Salle y ejerció como empleado en unos almacenes situados en la plaza de la Escandalera en Oviedo. En el año 1936 fue llamado a realizar el servicio militar obligatorio y combatió en la guerra durante el año 1937 . Según los datos, se le pierde el rastro desde el 8 de febrero de 1938, pero su historia reaparece al ser enviado en el "convoy de los 927" a Mauthausen. Falleció el 16 de septiembre de 1941.

María Leonor Rubiano. Es la única mujer en la relación de víctimas mierenses. Nació el 3 de julio de 1920 en Mieres y se fue siendo una niña a París. La historia de Rubiano y su familia incluye la defensa de los valores republicanos, ayudando a españoles que huían a Francia tras el avance franquista. Tras la ocupación alemana de París, Leonor Rubiano tuvo un papel firme en la resistencia, lo que supuso su arresto en 1941. Fue encarcelada y torturada en la prisión de La Santé. Posteriormente estuvo en una prisión de Alemania en Prüm. Finalmente, en 1942, fue enviada al campo de concentración y exterminio de Ravensbrück, donde fue asesinada en las cámaras de gas a los 24 años.

Manuel Fernández Fernández. Nació en 1916 en Turón. Hizo el servicio militar obligatorio y se enroló en las filas republicanas durante la guerra. Apenas hay datos de la biografía de este turonés, del que se sabe que fue deportado a Mauthausen en el "convoy de los 927", donde estuvo hasta el 24 de enero de 1941, cuando fue trasladado al subcampo de Gusen. Allí fue asesinado el 17 de marzo de 1942.

Luis Braña Álvarez. Nació el 28 de noviembre de 1917 en Mieres y militó en las Juventudes Socialistas. Combatió con las milicias republicanas defendiendo Asturias y también luchó en Cataluña y en la defensa de Francia contra la invasión alemana. En Los Vosgos fue capturado junto con otros españoles y deportado al campo de Mauthausen. Fue asesinado en las cámaras de gas en el campo de Gusen el 15 de enero de 1942 a la edad de 25 años.

Benigno Fernández Magdalena. Los investigadores apenas han logrado datos biográficos de este hombre, que nació en Turón, en el año 1908 y que aparece en el listado de personas asesinadas en los campos de concentración nazis publicado en el Boletín Oficial del Estado.

Manuel Avelino Canga Fernández. Natural de Mieres, nació el 20 de agosto de 1906. Eso sí, su vida estuvo muy vinculada a Cataluña. En el año 1940 fue deportado en el conocido "convoy de los 927". Al llegar a Mauthausen fue marcado con el número 3.837 y posteriormente fue trasladado al subcampo de Gusen, donde volvió a ser identificado con el número 46.659. Trabajó como químico en las minas de potasa. En mayo de 1945, el ejército estadounidense liberó el campo, momento en el que se le pierde el rastro. Lo que se ha sabido es que fue víctima de los experimentos de Aribert Heim, el llamado "Doctor muerte".

Avelino Fernández Gutiérrez. Nació en Mieres el 24 de enero de 1909. Tuvo un papel activo durante el desarrollo de la Revolución de 1934 en Asturias. Fue detenido en Vichy, en diciembre de 1943. De allí sería enviado a Compiegne y después al campo de concentración de Buchenwald, en enero de 1944. Fue liberado, junto con otros prisioneros, el 11 de mayo de 1945. Posteriormente trabajó en Suiza y Francia, siendo condecorado por sus servicios y finalmente pudo regresar con su familia. El recuerdo de todo aquello le marcaría para toda la vida.

Ignacio Iglesias Suárez. También mierense, nació en septiembre de 1912. Militante de la izquierda troskista, trabajó como perito mecánico y participó en la Revolución de 1934. Iniciada la guerra en España, combatió en León y Asturias. Debido a sus ideas troskistas, sufrió la persecución de los sectores estalinistas, lo que motivo que acabase integrado en los batallones próximos a los sectores anarquistas de la CNT y AIT. Tras la derrota en la guerra, cruzó la frontera a Francia. Fue arrestado por el Gobierno colaboracionista de Vichy y enjuiciado. Las SS ordenaron su envío a Dachau y después a una fábrica de piezas de aviones. El 30 de abril de 1945, fue liberado por el ejército de Estados Unidos.

Nicolás Álvarez Morán. Natural de Turón, nació el 6 de junio de 1920. Pocos datos hay de su biografía en España y se conoce que tenía nacionalidad francesa en 1935 y fue minero en ese país. Formó parte de la Resistencia Francesa. El 24 de junio de 1944, fue detenido y deportado al campo de concentración de Buchenwald. Al año siguiente, fue liberado, pero moriría dos años después, a los 27 años, de tuberculosis.

David Moyano. Nació el 25 de enero de 1922 en Ujo. Desde muy joven participó activamente en la defensa de la Segunda República, luchando en Cataluña, haciendo frente a los ataques fascistas y posteriormente en Francia. En la invasión de las tropas alemanas luchó contra el avance de las mismas. Fue capturado como otros españoles y enviado a Mauthausen, declarado apátrida, donde sería sometido a inhumanos trabajos forzados. El 5 de mayo de 1945 fue liberado.

Rafael Álvarez López. Turonés, nació en 1923 en el seno de una familia andaluza residente en Asturias. Con el estallido de la guerra Civil trató de cruzar a Francia, pero acabó en Cataluña, donde pasó un tiempo hasta poder cruzar de nuevo la frontera al país galo, donde fue internado en los campos de concentración para refugiados españoles. En el año 1938, fue trasladado a Alliers y dos años más tarde, en 1940, deportado en el "convoy de los 927" a Mauthausen. Fue liberado el 5 de mayo de 1945. A lo largo de su vida trabajó en la recogida e investigación de testimonios de lo sucedido en los campos. Falleció el 7 de abril de 2007 en la localidad francesa de Clichy.

Juan Mateo Iglesias. Más allá de su origen mierense, no se han logrado más datos de su biografía que el internamiento en el campo de Dachau, de donde fue liberado.

Prisciliano García. Aunque no de cuna, pues nació en Carbajal de Fuentes (León), el 28 de julio de 1910, a este hombre, que se crió y educó en el concejo mierense, por lo que era conocido como "el niño de Mieres". Minero de profesión, militó en el Partido Comunista de España y durante la sublevación de los golpistas en julio de 1936, se alista en las filas republicanas. Cruzó a Francia, donde estuvo internado en campos de concentración. El 21 de junio de 1940, fue arrestado por los nazis y deportado a Mauthausen, y posteriormente trasladado a Gusen, donde estuvo con otros dos mierenses, Luis Fernández Braña y José Sánchez Llaneza. Al borde de ser asesinado debido a su grave estado de salud, es reasignado al campo de Dachau. Logró sobrevivir a la liberación del campo en 29 de abril de 1945. A los cuatro años, fallecía por las secuelas que le habían quedado.

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