Investigadores asturianos demuestran que la obesidad en las embarazadas marca la salud de sus hijos de por vida

Las modificaciones químicas pueden afectar a los genes y favorecer la aparición de enfermedades graves como el cáncer, afirman desde el Grupo de Epigenética del Cáncer del Centro de Investigación en Nanotecnología (CINN) de El Entrego

Investigadores del implicados en el  estudio. De izqierda a derecha: Mario Fernández Fraga, Juan Ramón Tejedor, Juan José Alba Linares,  Agustín Fernández y Raúl Fernández

Investigadores del implicados en el estudio. De izqierda a derecha: Mario Fernández Fraga, Juan Ramón Tejedor, Juan José Alba Linares, Agustín Fernández y Raúl Fernández / LNE

David Orihuela

David Orihuela

El embarazo es un periodo fundamental en la vida de los seres humanos que repercute activamente en el desarrollo de la descendencia y su predisposición a la aparición futura de enfermedades cardiometabólicas. Trastornos como la obesidad materna y la diabetes gestacional pueden condicionar la salud de la descendencia, desde la infancia hasta la vida adulta, aumentando el riesgo de "comorbilidades" que reducen calidad y esperanza de vida. De hecho, la obesidad materna durante el embarazo puede llegar a afectar al 30 por ciento de las gestantes, con las repercusiones derivadas para los sistemas sanitarios y sus políticas de salud pública. Sin embargo, más allá de las evidencias epidemiológicas, se desconocen las causas moleculares responsables de estos efectos negativos en la salud de la descendencia. 

Investigadores asturianos acaban de publicar un estudio en la revista científica "Cardiovascular Diabetology" en el que describen numerosas alteraciones epigenéticas en la descendencia, más allá del nacimiento, asociadas a la condición metabólica  materna durante la gestación. Estas modificaciones químicas influyen en la  regulación de los genes, y su alteración está detrás del desarrollo de múltiples enfermedades de gran impacto social, como el cáncer o la obesidad. Para alcanzar  estas conclusiones, se analizó en una cohorte pediátrica de niños nacidos de  madres con obesidad u obesidad con diabetes gestacional durante el embarazo. El seguimiento, que se ha realizado a lo largo del primer año de vida, representa una de las mayores fortalezas del trabajo y ha permitido esclarecer las  huellas moleculares por las que las madres son capaces de influir en el genoma de su descendencia de manera continuada en el tiempo.

Mario Fernández Fraga, Coordinador del Grupo de Epigenética del Cáncer y Nanomedicina del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN-CSIC), de El Entrego, en San Martín del Rey Aurelio, y uno de los responsables del estudio explica que este informe “representa un nuevo ejemplo de cómo el ambiente interacciona con nuestros genes”. En este caso, añade “nuestros resultados indican que el estado de salud y la condición metabólica de la madre gestante pueden condicionar el estado de salud de los hijos de forma persistente, lo cual puede tener importantes implicaciones en  cuestiones de salud pública”. 

Juan José Alba Linares, primer firmante del artículo, afirma que “este trabajo constituye la primera evidencia de que el ambiente intrauterino y, más concretamente, la  obesidad y la diabetes gestacional, son capaces de reprogramar los patrones de metilación de la descendencia de manera persistente, más allá del nacimiento.  Hemos descrito biomarcadores capaces de clasificar de manera continuada los individuos según la condición metabólica de su madre. Además, las alteraciones  involucran genes que forman parte de rutas reguladoras del metabolismo de los ácidos grasos, la señalización cardiovascular o la bioenergética mitocondrial,  procesos cruciales en obesidad y diabetes mellitus. Ser capaz de detectar estas alteraciones en sangre periférica refuerza la idea de que el metabolismo materno presenta efectos a nivel sistémico sobre el desarrollo infantil.”

Según Raúl Fernández Pérez, investigador posdoctoral, y co-primer autor del estudio, “esta investigación ejemplifica el gran valor de la colaboración entre la investigación clínica hospitalaria y la investigación básica, y cómo el trabajo de equipos multidisciplinares permite alcanzar resultados de potencial utilidad para la sociedad”.

Por su parte, Empar Lurbe, Investigadora Principal del Grupo de Investigación en Estudio para el riesgo cardiovascular en niños y adolescentes de la Fundación para la Investigación del Hospital Clínico de la Comunidad Valenciana, INCLIVA, y otra de las responsables del estudio afirma “la colaboración estrecha de investigadores básicos y clínicos ha permitido identificar alteraciones moleculares en recién nacidos que dependen del estado metabólico de la madre y que, por tanto, pueden ayudar a diseñar estratégicas de prevención que redunden en la mejora del estado de salud de la población en general”.

El Grupo de epigenética del Cáncer y Nanomedicina pertenece al Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN-CSIC), al Instituto de  Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), el Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), la Universidad de Oviedo y el  Centro de investigación en Red de Enfermedades Raras (CIBERER).

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