Los ecologistas achacan los incidentes con osos a la "falta de control" en el parque natural de las Ubiñas

Los plantígrados huyen de sus hábitats por la proliferación de actividades ilegales y de alto impacto en los espacios protegidos, cree el colectivo

Un oso en la carretera de acceso al parque natural de las Ubiñas.

Un oso en la carretera de acceso al parque natural de las Ubiñas. / C. M. Basteiro

La "falta de control" en los espacios protegidos está afectando negativamente a la recuperación de la especie del oso pardo. Los ecologistas aseguran que los ataques contra el medio natural, como las rutas de motocross que denuncian los vecinos en las Ubiñas, provocan "graves trastornos" para los plantígrados. "Estamos ya viendo los primeros efectos de todo lo que estamos haciendo mal", apuntó Fructuoso Pontigo, responsable de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.

El dirigente conservacionista hace así referencia a dos sucesos que han tenido lugar en las últimas semanas. El primero, afortunadamente con final feliz, fue el "choque" de un coche contra un oso en la autopista del Huerna (AP-66). Ocurrió el pasado mes de julio, tanto los ocupantes del vehículo como el oso –según la primera investigación– resultaron ilesos. Pero fue una llamada de atención. Hace unos días, un plantígrado apareció muerto en la autopista del Huerna. Fue atropellado al paso de la carretera por La Magdalena (León) y, por el momento, se desconoce qué vehículo estuvo implicado en el suceso.

"Lo que está pasando nos dice, muy alto y claro, que las cosas no se están haciendo bien", apuntó Pontigo. Según el ecologista, "los osos y otros animales salvajes están viendo afectado su hábitat por actividades no permitidas". "Las restricciones están por algo", añadió Fructuoso Pontigo. Al ver su hábitat "invadido", explicó, "los animales se espantan, huyen y pueden ocurrir cosas como las que están ocurriendo. No podemos cerrar los ojos a una realidad". Urge a los responsables regionales a tomar "medidas rotundas" contra los incumplimientos.

El caso de las Ubiñas, señaló Fructuoso Pontigo, es "sangrante". El parque natural de la comarca del Caudal –con territorios también en Quirós y Teverga– carece de un plan de gestión desde hace más de quince años. Esto afecta profundamente a la tramitación de sanciones. En primer lugar, porque la falta de un instrumento de gestión certero desdibuja las competencias y los límites de cada administración. En segundo, y el más importante, porque las sanciones se rigen obligatoriamente por la Ley de Montes y no por una normativa propia del parque; reduciendo así los importes y aumentando el umbral de las actividades permitidas en distintas zonas.

Pero de nada sirve una normativa correcta si el espacio protegido no está vigilado, matiza Fructuoso Pontigo. El conservacionista destaca que "actualmente, no hay suficientes agentes del medio natural para vigilar los espacios con restricciones". "En el caso de las Ubiñas el ratio es, en ocasiones, de un solo guarda para todo el parque. Y ese guarda no siempre cuenta con un equipo apropiado para hacer su trabajo". El Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil "tampoco cuenta con suficientes agentes", apunta el ecologista.

Fructuoso Pontigo considera, por tanto, que lo primero es "dotar a los cuerpos encargados de la vigilancia de los parques naturales y de los espacios protegidos del suficiente personal y de los necesarios recursos materiales para asegurar el control de las zonas con restricciones especiales". En segundo lugar, ahora ya sí, "que se actualice una normativa adecuada a la situación actual del parque de las Ubiñas". Y que tenga un carácter flexible, que permita las modificaciones necesarias en favor de las especies y del propio medio natural –como el cierre de espacios en época de cría de osos, por ejemplo–. El siguiente paso, que algunas entidades llevan ya años reclamando, es mejorar el estado de las infraestructuras. Es el caso de la propuesta de la Fundación Oso Pardo para aumentar la altura de las vallas que cierran el Huerna.

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