Bob Pop | | Actor y guionista, presenta hoy en Mieres su obra «Los días ajenos»

"’Zorra’ me parece una canción muy divertida y la polémica generada, muy aburrida"

"Padezco ELA y lo llevo bien porque me lo puedo permitir, pero lucho para que la enfermedad no tenga nada que ver con tener o no tener pasta"

Bob Pop, durante la representación de «Días ajenos» en Avilés. | M. F.

Bob Pop, durante la representación de «Días ajenos» en Avilés. | M. F. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Roberto Enríquez Higueras no tiene por costumbre morderse la lengua. Más conocido como Bob Pop, está más que bregado en la batalla pública. Recibe por doquier pero mantiene firme su postura, siempre en defensa de la libertad y de la cultura. Estos días está en Mieres como una joya más de esa "Caja de resistencia" en la que el Ayuntamiento da cabida a artistas que han sido censurados en otros lugares. Bob Pop pone punto final esta tarde (20.00 horas, con entrada libre), en el Auditorio Teodoro Cuesta, a la gira de "Días ajenos", un monólogo en el que más o menos cuenta su vida. Ayer, desde el aeropuerto de Barcelona, charlaba con este periódico minutos antes de viajar a Asturias.

–Llega a la "Caja de resistencia" de la cuenca minera.

–Lo que hace Mieres con este proyecto me parece muy esperanzador, está cumpliendo la función de lo público, Cualquier ayuntamiento debe evitar la censura, deben ser los espectadores los que acepten o rechacen disfruten u odien.

–Hay quien dice que, en vez de quejarse, cuando un artista es censurado por una administración debe buscar la forma de montar el espectáculo desde lo privado.

–Eso permitiría que los proyectos privados puedan especular con lo que lo público no admite. La cultura no debe ser solo para quien se la pueda pagar. O que se acabe convirtiendo en un gueto

–Ha elegido Mieres para la última función de sus "Días ajenos, que son también diarios ajenos.

–Sí, es un espectáculo en el que cuento mi vida a través de diarios ajenos y propios. Hablo de un momento de búsqueda de identidad y de talento. Lo hago con ternura, con humor, con momentos duros y otros divertidos. Me pareció que Mieres era un sitio bonito para poner fin al montaje que llevo representando desde 2019.

–Pero no conocía Mieres.

–No. Conozco Oviedo, Gijón y Avilés, pero Mieres, no. Tengo referencias y conozco a mucha bollera dinamitera. El Colectivo LGTBI+ de Asturias tiene mucha "L" de lesbiana y está muy bien, porque en otros sitios ha estado siempre protagonizado por la "G", de gay. La actividad bollera en Asturias es maravillosa porque tiene un toque transversal y social muy interesante.

–¿Qué le parece "Zorra", la canción que España llevará a Eurovisión y que ha generado una gran polémica?

–La canción es muy divertida y la polémica, muy aburrida. Desde el colectivo llevamos años apropiándonos de los insultos y convirtiéndolos en medallas y bandas de miss. Quienes se molestan es que no han entendido nada. O lo que es peor, sí lo han entendido pero se hacen los tontos.

–Hace 30 años le diagnosticaron ELA (esclerosis lateral amiotrófica).

–Sí, vivo a diario la degeneración de mi cuerpo. Lo llevo bien porque tengo un neurólogo excelente en la sanidad pública, un marido maravilloso que me cuida y un trabajo compatible con la enfermedad.

–Y porque tiene dinero.

–Sí. Lo llevo bien porque me lo puedo permitir, porque puedo tener un cuidador y pagarle bien y no perpetuar la esclavitud de los cuidadores del servicio público, que al final trabajan para subcontratas que les pagan una mierda. Mi lucha es que la enfermedad no tenga nada que ver con tener pasta o no. Me interesa la calidad de vida, no tanto cómo vaya a morir.

–¿Pero, con una enfermedad degenerativa, pensará en la muerte?

–Pienso en la muerte con mucha tranquilidad. Hay días que pienso: "Pues ya estaría, y ni tan mal".

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