Bajo el sol de la historia

Agustín López Vargas, pianista y compositor

Natural de Guadalajara, el músico se instaló en un concejo de Langreo que por aquel entonces era un lugar en crecimiento

Julio José Rodríguez

Julio José Rodríguez

Fue un retrato al carbón firmado por Cheché en 1934 lo que me hizo reparar en un personaje del que carecía de todo tipo de información. El pie de foto lo presentaba como "notable pianista y autor de bellas composiciones musicales entre las que destaca la marcha de "Galán". Ni del tal Cheché ni del músico supe más. Tuvieron que pasar años hasta que, trabajando en la preparación de un encargo para escribir la historia de "La Montera" comencé a familiarizarme con ambos.

José Rozada Camblor.

José Rozada Camblor. / Julio-José Rodríguez Sánchez

Hoy he decidido escribir sobre él, para que reciba todo el reconocimiento que su figura merece. Sólo podremos rescatar una pequeña parte de su vida porque extravié todos los apuntes de su biografía que había conseguido por medio de dos familiares suyos, María Isabel y Olga García Rozada. Lo único que recuerdo vagamente es que sus últimos años de vida los pasó, junto a su esposa, en León.

Agustín López Vargas, en un dibujo firmado por Cheché.

Agustín López Vargas, en un dibujo firmado por Cheché. / Julio-José Rodríguez Sánchez

Agustín López Vargas nació en 1896 en un lugar llamado Tabladillo, perteneciente al municipio de Pareja, en Guadalajara. Fueron sus padres Máximo López e Isabel Vargas.

Agustín López Vargas, pianista y compositor

Agustín López Vargas, pianista y compositor / Julio-José Rodríguez Sánchez

En la hemeroteca de la Biblioteca Nacional encontramos la "Revista Musical Hispanoamericana" que, en el número 7 de su segunda época, en 1914, publicó bajo el título "Música en España" la relación de los alumnos oficiales que habían alcanzado la nota de sobresaliente en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación de Madrid. En ella aparecía Agustín López Vargas, entre los alumnos de séptimo curso, penúltimo de la carrera de piano.

Cuando abandonó su tierra alcarreña y su estancia en Madrid, tras cumplir el servicio militar, vino a vivir a Langreo, estableciéndose en Sama. Langreo en aquellos años era tierra de promisión, sí pero no exenta de peligro y tragedia. Muchos vinieron y se asentaron en el valle saliendo indemnes; otros en cambio lo pagaron al más alto precio, dejando aquí su vida en un derrabe, una reyerta o un accidente.

Agustín López Vargas se ganaba la vida durante las mañanas como profesor de piano, por las tardes tocaba el piano en el cine Dorado o en el teatro Vital Aza, subrayando las imágenes de las películas mudas. Las noches las empleaba para acompañar en sus actuaciones a los cantantes masculinos o femeninos que venían a actuar en teatros y cafés-cantantes.

Su otra faceta artística estaba dedicada a la composición musical. Lo mismo elegía uno de los palos del flamenco, como la zambra, que escribía en el papel pautado un fox-trot, una marcha, un chotis, un pasodoble, una comedia azarzuelada o un tango.

La primera composición con la que nos encontramos es una marcha, "Galán", dedicada al capitán Fermín Galán, quien el 12 de diciembre de 1930, en Jaca, se sublevó contra el rey Alfonso XIII y el gobierno presidido por el general Dámaso Berenguer.

En la Biblioteca Nacional hallamos un muy valioso y documentado artículo de la profesora de la Universidad de Granada Elsa Calero Carromolino, publicado en el número 4 de la revista "AV Notas, Revista de Investigación Musical", correspondiente al mes de enero de 2018, bajo el título "Reinventando géneros, cánones y estéticas en la música ligera de la primera mitad del siglo XX. El archivo personal de Ramiro Ruiz "Raffles" (1888-1962) en el Departamento de Música y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional de España". En el artículo de esta revista se citaba a Agustín López Vargas con dos composiciones, "Angustia" una zambra, y el pasodoble "Un portento", ambas manuscritas.

Sabemos que compuso más canciones, hasta ocho hemos contabilizado en el número 264 de la "Gaceta de Madrid" de 1931. En el Registro General de Propiedad Intelectual, durante el tercer trimestre, aparecían registradas estas ocho: "¡Por Chamberí…!", schottis; "Bachicha", fox-trot; "Gauchada", tango argentino; "Carmen la gitana", baile; "¡Ya encontré una novia!", tango; "Topette", fox-trot; "Love of Indian", fox-trot, y "Libertad", pasodoble.

La que no debe estar registrada es la que más resonancia tuvo en la prensa, e incluso en un libro; nos referimos a una comedia azarzuelada con letra de Vicente Campos Recio.

Cuando en 1996 escribía "Un siglo de Teatro en Langreo (1897-1997). Del Vital Aza hasta hoy" entrevisté a Mercedes Rodríguez Álvarez, mujer de gran memoria que en su juventud fue una de las intérpretes más reconocida y celebrada. Me aportó su testimonio y me habló de una obra, "La villa de Sama", y así la recogí. Me facilitó datos sobre ella, sobre su repercusión, quiénes habían sido sus intérpretes y hasta me cantó un breve pasaje de la misma. Su letra se la ofrecemos aquí:

"Yo soy la villa de Sama, / la más rica y retrechera, / la de más sandunga y gracia / que hay en la cuenca minera. / Tengo edificios preciosos, / tengo jardines que encantan, / y las chicas más bonitas / que se crían en España."

Pasado el tiempo comprobé que el título no era tal, pero los demás datos pude ratificarlos todos.

Hoy nos enmendamos la plana y le damos su nombre original con una duda… En "El Noroeste" del 26 de octubre de 1919, el cronista daba cuenta de haber asistido a la lectura de una obra próxima a estrenar con un título que se repetirá en el suelto publicado el 5 de noviembre: "Sama vista desde un monoplano", pero, catorce días después, en el mismo diario se la denominaba "Sama vista desde un mono… plano".

¿Cuál era su verdadero título? Nosotros nos inclinaríamos por el primero, ya que fue utilizado en dos días distintos, mientras que el otro, sólo lo fue uno.

La trama argumental era muy sencilla. Campos Recio daba voz a plazas y calles de la localidad que se encargaban de exaltar la belleza del conjunto de la villa samense.

La comedia azarzuelada "Sama vista desde un monoplano" fue escrita por el actor y director Vicente Campos Recio, obra en un acto y cinco cuadros. El maestro Agustín López Vargas compuso y dirigió la parte musical. Algunos de sus números musicales se hicieron muy populares y la gente los cantaba incluso años después, como me comentó Mercedes Rodríguez Álvarez.

El cuadro Artístico Juvenil anunció para el miércoles, 5 de noviembre de 1919, en el teatro Dorado, la representación de la zarzuela "El puñado de rosas", música de Chapí y libreto de Arniches y, como publicó ese día "El Noroeste", "el estreno monumental de don Vicente C. Recio "Sama desde un monoplano" (sic), obra que por sus chistes e ironía ha de dar muchísimo juego".

Y así aconteció, el Cuadro Artístico Juvenil de la Casa del Pueblo, "El Progreso", logró el reconocimiento general. El papel de "Sama" lo representó Marcelina Álvarez Carrocera que consiguió un enorme triunfo, bien secundada por Rogelio Lagar y Ángeles López.

El viernes 27 de febrero de 1920, en el teatro Dorado, el mismo grupo, obtuvo un nuevo éxito con las representaciones de "La nieta de su abuela" y "Serafín el Pinturero" De la dirección artística se ocupó el joven Betegón, "digna de aplauso y la dirección musical hecha por el joven pianista Agustín López, propia de la gran fama que como ejecutante tiene", se escribió en "El Noroeste". Marcelina Álvarez Carrocera, y los hermanos Rogelio y Juan José Lagar, compartieron el éxito.

De la vida privada existen referencias sobre el antes y el después de su boda. El miércoles 11 de enero encontramos en el diario gijonés "El Noroeste" una nota breve en la que se informaba que el día 18 de enero de 1922 "… unirán sus destinos en indisoluble lazo el conocido pianista don Agustín López con la simpática joven Olvido Rozada, hija de nuestro buen amigo don José Rozada (el empresario cinematográfico). Por adelantado les deseamos una eterna luna de miel".

Dos días después, se publicó la noticia del fallecimiento de la abuela paterna de la novia en su casa de Sotrondio, precisamente la víspera de la boda.

La ceremonia no sufrió aplazamiento como lo testifica la nota que ese mismo día 18 puede leerse en "El Noroeste": "Hoy miércoles unirán sus destinos la simpática joven Olvido Rozada y el joven pianista Agustín López. Con objeto de asistir a esta ceremonia, anteayer llegó a esta villa la señora madre del novio doña Isabel Vargas. Los desposados se trasladarán a Oviedo para tomar el correo de Castilla y trasladarse a León, en donde permanecerán varios días, marchando después a Madrid. Les deseamos eterna luna de miel".

El regreso tuvo lugar el 31 de enero, jornada auténticamente invernal pues cayó una copiosa granizada seguida de fuertes aguaceros que, según el diario gijonés, "dejó las calles samenses intransitables". Igualmente informó que los recién casados se trasladarían a vivir a La Felguera, localidad en la que el padre de la desposada, José Rozada Camblor, tenía el cine Paredes, además de las dos salas en Sama, el Dorado y el teatro Vital Aza.

Agustín López Vargas solía participar en festivales solidarios; en marzo de ese año lo hizo en el que se celebró en el teatro Vital Aza para recaudar fondos en la iniciativa "Pro niños hambrientos de Rusia".

Si descubrí al mismo tiempo al músico Agustín López Vargas y al pintor Juan José Moreno Llebra, Cheché, nada podrá extrañar que en una próxima ocasión escriba sobre el artista vallisoletano en "Bajo el sol de la historia".

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