Quince jornadas después, el Sporting B deja de ser líder. El equipo rojiblanco, que está cuajando una temporada magistral, cedió este privilegio al Mirandés a falta de solo dos jornadas para el final de la competición. Lo hizo tras caer por 0-1 a manos de la Real Sociedad B, que llevó la manija del partido hasta el minuto 80, momento en el que llegó la tardía reacción del equipo de José Alberto. Si bien el filial gijonés tuvo sus opciones de haber sumado un empate que le hubiese supuesto depender de sí mismo hasta el final, no lo logró, firmando la primera derrota de toda la campaña como local. Llegó en el peor día y ante 1.500 espectadores que se dieron cita en Mareo.

La Real Sociedad B se presentaba en Mareo como la gran amenaza a superar antes de concluir la Liga. Y lo fue. Llevó el dominio y puso al filial sportinguista a su merced. Una mala carta al ser un equipo al que le gusta contar con la posesión de balón, con el que se siente cómodo. El punto a favor de los rojiblancos con esa disposición es que no sufrió en exceso, se mantuvo con las líneas juntas e impidió que los donostiarras amenazasen la meta defendida por Dani Martín. No en vano, las únicas ocasiones correspondieron a Adri Montoro, con una chilena que se fue desviada, y a Claudio, con un remate de cabeza alto.

El arreón donostiarra llegó en el inicio de la segunda mitad, en la que el Sporting B tuvo a los postes de su lado. Primero con un remate de Lapeña que sacó el larguero y Dani Martín a partes iguales y, segundos después, con un disparo de Sangalli que volvió a repelerlo el larguero. La tensión era máxima en cada acción, se palpaba lo mucho que había en juego y ningún futbolista daba un paso adelante sin comprobar antes que su espalda estaba bien cubierta. Un error podía ser fatídico. El tanto llegó a balón parado, tras un remate de espaldas de Oliozola que sorprendió a todos. Por delante restaban casi veinticinco minutos, pero el mazazo se vio reflejado en la mentalidad de los jugadores sportinguistas, que tardaron en reaccionar.

Fue Nacho Méndez, que jugó prácticamente toda la segunda mitad con molestias en la pierna -lo que le hizo cojear ostensiblemente-, el que se coló en el área tras una buena triangulación, pero su remate se fue desviado. Y es que el Sporting B no estuvo atinado en los metros finales y cuando se acercó al gol, apareció el muro donostiarra para desbaratar los remates de Traver y, principalmente, el de Cordero en el tiempo de prolongación.

No fue el mejor día para caer y romper su extraordinaria dinámica como local, pero aún hay tiempo para levantarse y 180 minutos por delante para tratar de desbancar a un Mirandés que se sitúa primero con un punto más que los rojiblancos. Además, el equipo de José Alberto López aún no ha asegurado su presencia en el play-off al vencer el Racing.