Fútbol

Jesús Gil, Lopera, Gaspart... Rubiales y la caspa de otra época

El caso Rubiales ha recordado episodios de los años 90 en el fútbol español, cuando abundaban los personajes casposos e histriónicos

Manuel Ruiz de Lopera, Ramón Mendoza, Joan Gaspart y Jesús Gil.

Manuel Ruiz de Lopera, Ramón Mendoza, Joan Gaspart y Jesús Gil.

Roger Pascual

"Pico de grima en España al iniciar una huelga de hambre la madre del baboso del beso". Así titulaba 'Daily Star' esta semana el penúltimo episodio del 'culebrón Rubiales'. El tabloide británico resumía de esta lacerante manera la imagen internacional que proyecta el fútbol español tras haber alcanzado uno de sus picos de gloria con la consecución del Mundial femenino. Del orgullo a la vergüenza en un pico. La actitud del máximo representante del fútbol español, cogiéndose los testículos en el palco al lado de la Reina y la Infanta antes de besar a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de medallas del Mundial, fue un recordatorio de que la caspa no se ha ido del fútbol español.

Más de uno al ver y oír a Rubiales debió de viajar a los años 90, donde en los palcos abundaban los personajes casposos e histriónicos: Jesús Gil, José María Ruiz Mateos, Manuel Ruiz de Lopera, Joan Gaspart, José María Caneda, Ramón Mendoza… Eran los tiempos en los que Mendoza botaba con los Ultrasur y Gaspart se sentía uno más de los Boixos Nois. "Cuando deje de ser presidente me iré seis meses con los Boixos Nois", decía en el 2003 el mandatario azulgrana, que tenía el carnet número uno de este grupo ultra desde 1996.

"Si en el fondo no es un chico malo / aunque a veces se le va la mano". Con este verso de la canción 'Enrique el Ultrasur', Los Nikis captaron perfectamente la condescendencia con la que el fútbol español trataba durante esos años las andanzas de los 'hooligans'. La gran mayoría de clubs toleraban e incluso financiaban y jaleaban la presencia de los violentos, que imponían su ley en los campos donde cada jornada soltaban con impunidad sus cánticos racistas, machistas y homófobos. Las palizas a aficionados rivales y a otros seguidores del mismo club eran habituales, pero se prefería mirar hacia otro lado, considerándolo un exceso de pasión por los colores, chiquilladas, pecadillos de juventud.

A puñetazos

No solo toleraban la violencia en los estadios sino que algunos de los presidentes recurrían a ella para resolver sus disputas. Delante de la sede de La Liga Jesús Gil no dudó en arrear un puñetazo a José González Fidalgo, gerente del Compostela, durante una trifulca con el presidente del club gallego, Jose María Caneda, al que tildó de “hijo de puta y ladrón”. Caneda también estuvo a punto de llegar a las manos con Lopera, dueño del Betis. “Un día Lopera me llamó aldeano y le dije que le iba a dar una hostia que le iba a sacar por la ventana”, rememoró el mandatario gallego.

Dos años antes de convertirse en presidente del Rayo Vallecano, José María Ruiz Mateos también decidió tirar de puño para agredir al ministro de Economía, Miguel Boyer, al grito de “Que te pego, leche”. Una frase que volvería a pronunciar disfrazado de Superman delante de los juzgados de plaza de Castilla, donde se celebró su juicio contra Boyer. El empresario crearía posteriormente la sociedad Que te pego leche SL y haría varios anuncios de la marca de flanes Dhul ridiculizando al ministro. Ruiz Mateos, adicto al esperpento, se presentó en la sede del Consejo Superior de Deportes en batín, pantuflas y un aval minutos antes de que se cumpliera el plazo para la conversión de los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas.

El acoso y las amenazas de Ruiz Mateos

Con solo un albornoz abierto y un par de calcetines blancos explica que se lo encontró su entonces abogada, Teresa Bueyes, cuando subió a llevarle fruta a una habitación de un hotel durante un viaje de trabajo. "Lo pasé muy mal, en aquella época era muy jovencita y no tenía los mecanismos de defensa que tengo ahora". "Me gustaría acariciarte toda la noche", cuenta que le soltó antes de que ella se marchara asustada. Aunque más asustada se quedó cuando le dijo que no volvería a trabajar más para él. "Si esto sucedió un viernes, el lunes me citó y me dijo que donde quería que me hicieran la cicatriz, que donde me quedaría mejor, si en el pecho o en 'esa cara tan bonita'", afirmó la abogada, que no hizo público este episodio hasta 2017, dos años después de la muerte del fundador de Rumasa. 

EN RTVE Play se puede ver la serie ‘Ruiz Mateos, el primer fenómeno viral’, que seguía los pasos de ‘El Pionero’, la serie de HBO sobre la vida de Jesús Gil, el mayor símbolo de la caspa y el machismo noventero. La primera imagen que les vendrá a muchos a la cabeza es la de Gil metido en un jacuzzi y rodeado de chicas en bikini en el programa de Telecinco ‘Las noches de tal y tal’, donde daba rienda suelta a su verborrea. El discurso del exalcalde de Marbella estaba repleto de comentarios machistas, homófobos y racistas del tipo: “Ahora iba a fichar a un jugador importante… ¡y me he enterado de que es maricón! A ese no le meto en el vestuario”. O: “Al negro le corto el cuello, me cago en la puta madre que parió al negro”.

Enrique Cerezo, su sucesor al frente del Atlético de Madrid, ha intentado alejarse de ese perfil para vender una imagen de corrección acorde con los nuevos tiempos, aunque se haya salido del personaje en alguna ocasión, como cuando una periodista le preguntó por el coste del fichaje de Griezmann. “De dinero nunca hablo porque es de mala educación, y menos con una mujer". La caspa en el fútbol sigue existiendo, pero lo que se le olvidó a Rubiales es que ya no se airea delante de las cámaras.

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