Fútbol

Las tres "dinosaurias" que lo cambiaron todo en la selección

Alexia, Irene y Jenni lideran una equipo que no para de citarse con la historia

Alexia, Irene y Jenni levantando el trofeo de la Nations League.

Alexia, Irene y Jenni levantando el trofeo de la Nations League. / EFE

Laia Bonals

Les robaron la foto del Mundial. España levantó la copa que nadie pensaba que llevaría su nombre, pero al vestuario le quedó un gusto agridulce. Jorge Vilda le quitó la capitanía a Irene Paredes, Alexia Putellas y Jenni Hermoso, y por eso no fueron ellas las que levantaron el trofeo. Desde hace años, las tres han sido los pilares fundamentales en este vestuario. Las tres "dinosaurias" las llaman. Ahora, esa foto que nunca fue, pero siempre tuvo que haber sido, la hemos tenido con la Nations League. Paredes miraba a la cámara segundos antes de recogerla y asentía. Por fin se hacía justicia. Llamó a Alexia y Jenni para que la acompañaran. Las tres, cobijadas por sus compañeras, alzaron el trofeo al cielo de Sevilla mientras el confeti teñía La Cartuja de oro.

"Hace un año muy poca gente daba un duro por nosotras y mira que seis meses y medio llevamos. Una pasada", reconocía Irene Paredes sonriente con la medalla de campeona colgada al cuello. La central debutó con la selección española en 2011. La realidad del equipo, que ahora ella lidera, era radicalmente opuesta. Ha estado en los momentos más oscuros y se ha ido erigiendo como una líder y portavoz de forma natural. Y esa es una de las claves. No se buscó ni incentivó de forma artificial. Las tres referentes de este vestuario lo han sido gracias a su papel determinante en momentos clave, de una manera totalmente orgánica que ha calado en las compañeras, que las miran con orgullo y admiración.

Han estado ahí para todas, pese a que no ha sido un año fácil para ninguna de las tres. Irene ha encadenado lesiones y bajas por enfermedad que no le han dado la continuidad que le gustaría. Jenni Hermoso, por su parte, ha visto cómo su vida ha dado un giro de 180 grados tras lo que sucedió en la final del Mundial. “Soy una chica más fuerte”, confesaba en la rueda de prensa previa a la final. Todo lo que ha tenido que gestionar, los golpes en la mesa que ha tenido que dar, no solo han sido por ella, sino por todas sus compañeras. Crear espacios seguros para todas, esa es la meta.

Cuando en la primera convocatoria tras el Mundial (y en pleno momento de ebullición del Caso Rubiales) la dejaron fuera de la convocatoria le dolió. Muchísimo. Dudó de cuál iba a ser su papel en la selección a partir de ese momento, pero por suerte se recondujo la situación y este miércoles levantó el trofeo de la Nations a la izquierda de Irene. “Estar otra vez las tres dice mucho del trabajo que llevamos. De lo que hemos aguantado, de lo que hemos disfrutado. Tenemos que disfrutarlo mucho por todo lo que tenemos acumulado”, contaba sonriente tras la final sin soltar la medalla.

Se hizo justicia

Nos merecíamos levantar un trofeo las tres cerquita. Hemos vivido tantísimo que esto es el fin o el comienzo de algo por lo que llevamos trabajando mucho tiempo. Que Irene haya levantado la copa y que estemos Alexia y yo aquí otra vez quiere decir que hemos hecho la cosas bien porque seguimos vistiendo esta camiseta y ganando títulos”, añade la delantera. “Somos como una familia. Llevamos muchísimos años juntas. Cuando una falla, está la otra. Del fútbol te puedes llevar trofeos pero esta cosas pesan mucho más. Y, cuando acabemos en este deporte, nos quedarán muchas vivencias juntas”.

Alexia Putellas, que está ahora mismo inmersa en una situación límite. La capitana de la selección y del Barcelona lleva tres meses sin jugar y la polémica no deja de acecharla. Quería ir a la selección, pese a no tener el alta médica, para compartir este momento histórico con sus compañeras. Ha formado parte de esta lucha desde el principio y, en un momento tan importante en la historia de la selección, ella se merecía con creces estar sobre el césped. No lo pudo hacer jugando, pero sí en los entrenamientos, charlas, cafés y risas. Porque las líderes no solo se erigen dentro del campo, también crecen fuera. Cuando hace falta un golpe en la mesa, un abrazo o un chasquido para volver a la realidad y recordar por qué la lucha no puede cesar.

“Miras a Alexia, y sabes que todo está tranquilo”, confesaba Vicky López, la debutante en esta concentración que crece bajo el cobijo de las veteranas. Eso hace Alexia, con su calma imperturbable pese a que todo a su alrededor la pueda zarandear. Hasta en los momentos donde ella misma tiene dudas consigue poner pausa.

"Somos una familia"

Las cámaras no dejaron de apuntarla mientras ocupaba su lugar en el banquillo durante la final. Sabía que no iba a salir, aunque hubiera entrado en la convocatoria. Era un premio a todo lo luchado. Cuando la colegiada pitó el final del encuentro, salió corriendo en busca de sus compañeras. Entre abrazos, llegó el momento de levantar el trofeo. Irene le hizo un gesto para que se pusiera delante. A Alexia le sorprendió. Ella intenta siempre tener un papel secundario, en otro plano, pero el gesto amplió aún más la sonrisa. Sobre todo al ver que sus compañeras la animaron a levantar el trofeo.

La capitana culé no ha parado de sonreír en esta concentración. Tras meses alejada del equipo culé y pasando más horas en la enfermería que sobre el campo, necesitaba volver a sentirse parte del grupo. No solo futbolista, que también, sino como una parte importante del equipo. En la selección lo ha encontrado, además de acabar de recuperarse de su lesión de rodilla. Si no hay ningún contratiempo, Alexia recibirá el alta médica la semana que viene.

El sonido de los tacos de aluminio contra el suelo, ponerse las espinilleras y las medias altas hasta para el calentamiento. Alexia necesitaba volver a sentirse importante y la selección la necesitaba para hacer grandes cosas. Eso consiguen las “dinosaurias”. Comandar una plantilla que las admira a la vez que no pierden de vista los objetivos tanto dentro como fuera del campo.  

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