El Alimerka Oviedo Baloncesto pierde ante Palencia tras un gran esfuerzo defensivo: Este cuento siempre acaba mal (56-67)

El OCB hace un meritorio partido ante el Palencia, líder de la liga, pero se pierde en un mal final y sigue en descenso

Thorbjarnarson, del Alimerka Oviedo, trata de superar a Rozitis, del Palencia, ayer en el polideportivo de Pumarín. |

Thorbjarnarson, del Alimerka Oviedo, trata de superar a Rozitis, del Palencia, ayer en el polideportivo de Pumarín. | / Miki López

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Alimerka Oviedo, 56-Zunder Palencia, 67

Cuartos: 22-18; 10-13; 13-15; 11-21

Árbitros: Francisco Germán Morales, Pere Munar y Andrea Alejo. Excluyeron por 5 personales al local Romeo Crouch.

Polideportivo de Pumarín: Lleno.

Es difícil esforzarse más y obtener menos recompensa que el Alimerka Oviedo Baloncesto partido tras partido. El equipo de Trifón Poch, que seguirá otra jornada en descenso, plantea batalla casi siempre, suele bajar la anotación de sus rivales, pone una intensidad altísima, pero acaba chocando contra el muro de un desacierto en ataque que le condena salvo unas pocas excepciones. Ante Palencia, el líder de la LEB Oro, que se jugará en casa la Copa Princesa el sábado frente al Andorra, el OCB hizo un buen partido, vibrante, igualado hasta los últimos instantes, con un trabajo colectivo en defensa descomunal, pero los puntos decisivos los hizo Wintering para el Palencia y los locales se quedaron sin anotar los tres últimos minutos y medio: el marcador en ese momento era 56-58 y el partido terminó 56-67.

La sensación con la que salió el aficionado de Pumarín fue buena, con algo de resignación, pero con la sensación de que poco más se le puede pedir al equipo, más allá de un cambio en la forma en la que se buscan los puntos, que suelen ser los que dan la victoria. Los encontró el OCB en otro buen inicio, con un Oliver Arteaga descomunal para el que se acaban los calificativos, un veterano que, a pesar de llegar con problemas físicos, se fajó con un pívot como Kasibabu, de una envergadura inabarcable, al que secó y sacó del partido. Los cuatro primeros puntos del encuentro fueron del capitán del OCB y, marcado el camino, le fueron siguiendo otros hasta que un triple de Peñarroya puso una renta de nueve puntos (13-4) para los locales a 5.33 de acabar el primer cuarto.

Tras el tiempo muerto de Pedro Rivero apareció Romeo Crouch, que estuvo muy inspirado, y la renta aumentó a los doce puntos (20-8) a 2.57 de terminar el cuarto. Pero la reacción de los visitantes se esperaba y vino, sobre todo, desde la línea de los tiros libres. Al segundo cuarto se llegó 22-18 y la sensación era la de que iba a ser una batalla muy dura para los dos equipos, fuera cual fuera el puesto en la clasificación de uno y otro.

El segundo parcial comenzó con esos errores que acaban condenando al OCB, que siguió haciendo un buen trabajo atrás pero que falló canastas con todo a su favor. El buen trabajo defensivo sujetó el partido y el Alimerka fue capaz de tomar de nuevo la iniciativa, con un Brown que, de forma callada, siempre aporta cosas, en defensa y a veces en ataque. Enfrente, en el Palencia, el que encontró mejor el camino fue el exjugador del OCB Manu Rodríguez. Ya con los dos equipos remangados para una batalla en el barro, al vestuario se fueron con las espadas en alto (32-31).

Y ahí siguieron en el tercer cuarto, con un intercambio de golpes, con defensas muy agresivas, con Romeo buscando una y otra vez el camino de la canasta (a pesar de ello, no tiró ningún tiro libre) y una vez más con la ausencia en el equipo local de la anotación de jugadores como Pruitt o Thorir Thorbjarnarson, de los que el OCB necesita algo más. Un punto abajo (45-46) comenzó el último cuarto el equipo asturiano. Unos buenos momentos de Fabio Santana, que anotó siete puntos en su debut en su segunda etapa en el OCB, devolvieron una exigua ventaja (54-52) al equipo de Oviedo cuando quedaban 6.39 por disputarse. Poco más le quedaba ya al OCB, que a partir de ahí erró en cada ocasión, con contumacia. Tuvo un triple Thorbjarnarson para empatar a 59 a 2.53, lo erró y el que poco después cogió los mandos fue Wintering para sentenciar a un OCB que seguirá otra jornada más en el infierno.

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